México, país invitado en el XXXVI Festival Internacional de Teatro de Manizales

Cincuenta compañías procedentes de 15 países de Europa y América Latina, se presentarán en cinco teatros, cuatro espacios no convencionales, ocho plazas, una carpa de circo, y en las calles de una ciudad que, año tras año, celebra la magia del teatro.

Según su director  Octavio Arbeláez Tobón, este año el Festival tendrá dos ejes de programación en sus espectáculos: El primero, Las artes escénicas mexicanas como invitadas de honor; el segundo, la celebración de los 450 años de nacimiento de William Shakespeare.

Más de siete compañías de teatro, danza, circo y teatro callejero, representarán las artes escénicas mexicanas y sus discursos contemporáneos.

Tan sólo en el DF se estrenan 650 montajes durante el año, y en otras ciudades de la federación existe una cartelera teatral muy activa que compite en calidad y cantidad con el teatro “chilango”, como se demuestra cada año en la muestra nacional de teatro que itinera por diversas ciudades del país.

Se destacan en la delegación mexicana:

 “Baños Roma”

Teatro Línea de sombra Dirigido por Jorge Vargas, es la más internacional de las compañías mexicanas actuales.

La obra: José “Mantequilla” Nápoles es, sin duda, uno de los personajes más importantes en la cultura popular mexicana hacia finales del siglo XX.

Teatro Línea de Sombra – La compañía: es un proyecto cultural creado en Monterrey en el año de 1993 y tiene su residencia en la ciudad de México desde 1994.

 “El amor de las luciérnagas”

La obra: El amor de las luciérnagas es “una tragicomedia teatral escrita en el realismo mágico. Una obra que reflexiona sobre la necesidad de soltar para poder seguir adelante

Los Guggenheim – La compañía: es una compañía emergente de un colectivo teatral formado por diferentes compañías de teatro: La Talacha Teatro, Los Tres Tristes Tigres y Embalaje Teatral.

Circo, danza, clown

Triciclo Rojo: La joven compañía multidisciplinaria creada en el año 2002 con el nombre de Tropa AS por Emiliano Cárdenas Pérez, dio cuenta de la investigación dancística para conformar un universo poético y absurdo, que a su vez genera un lenguaje contemporáneo del cuerpo.

Una simple escalera y dos payasos con infinidad de ocurrencias bastan para arrancar las carcajadas de niños y adultos.