¿Hacia donde va el proceso de paz?

Viernes, 18 / Ene / 2002
 

El ex Alto Comisionado para la paz, Daniel García Peña, quien se desempeña actualmente como director de la Organización no Gubernamental Planeta Paz, dialogó con Colombia.com sobre temas relacionados con la situación del actual proceso de paz, el futuro de las negociaciones, el paramilitarismo y el nuevo papel de la comunidad internacional en la pacificación de Colombia.

Daniel García Peña, fue Alto Comisionado para la Paz durante el gobierno del presidente Ernesto Samper, y además de ser profesor de la Universidad Nacional dirige la ONG Planeta Paz que traduce su trabajo en una apuesta por la promoción y consolidación de los sectores sociales populares, tradicionalmente excluidos.

A través de su pagina en internet www.planetapaz.org, ésta organización se ha convertido en un instrumento para que las voces que no han sido escuchadas en el escenario nacional participen con decisión en la solución política del conflicto armado.

Colombia.com:¿Qué puede esperar el país tras la tensa situación que vivió el proceso de paz, y que por poco precipita la ruptura total de las negociaciones con las FARC, teniendo en cuenta que el 20 de enero las partes deberán proponer un cronograma de negociación concreto que justifique la existencia de la zona de distensión?

Daniel García Peña: De aquí al 20 de enero todavía quedan unas horas de tensión, pero creo que la crisis mayor ya se superó la semana pasada. Lo que queda por definir

de aquí al 20 es cómo los temas que se acordaron se van a tratar: cuál es el cronograma, cuál es el calendario de esas reuniones, los tiempos y los términos que se le colocan y particularmente cómo se va a unificar el tema del cese al fuego con temas de la agenda como el empleo y otros temas económicos.

C.c: ¿Qué es lo importante de este nuevo empujón en las negociaciones con las FARC?

García Peña: El orden de los temas y la forma son importantes porque es un acuerdo que permita realmente entrar en una dinámica diferente porque hasta el momento el proceso había estado sin definiciones, sin claras metas, sin cronogramas ni tiempo y por ello esto es muy importante. Para llegar a los acuerdos se requiere un trabajo previo muy grande. Sin embargo creo que en el tema del cese al fuego hay que mirar varias cosas, por un lado creo que el clamor del país es evidente. El proceso de paz no puede avanzar sin que tenga credibilidad sin que la gente vea con cierta esperanza qué es lo que está sucediendo, y sin un cese al fuego creo que es muy difícil que se avance en otros temas.
En segundo lugar creo que también la guerrilla ha entendido que hay que buscar esta clase de acuerdos por cuanto su posibilidad de lograr estos otros temas económicos depende mucho de la credibilidad del proceso. Pero hay dificultades, el cese al fuego tiene muchos elementos técnicos difíciles. De hecho no es la primera vez que hemos intentado hacerlo en Colombia.

C.c: ¿Cuáles fueron los anteriores intentos de cese al fuego y en que fallaron?

García Peña: En los años 80 el presidente Belisario Betancur pactó un cese al fuego con las FARC que duró más de tres años, con los grupos EPL y M19 también se firmaron, duraron menos, pero tuvimos cese al fuego, y no sirvieron para nada porque no hubo un ¿para qué?. ¿Paramos los fusiles para que?. En el caso de la época de Betancur no era claro si la guerrilla se iba a convertir en la Unión Patriótica o si el Estado iba a propiciar unas reformas. Los tiempos nunca se establecieron y tampoco hubo elementos técnicos como la verificación. ¿Como saber quien violó o no el cese al fuego?. De modo que un cese al fuego mal pactado sin elementos técnicos como verificación, sin tiempo y sin propósitos claros puede terminar siendo peor que si no hubiéramos hecho nada.

C.c: ¿Que tan cerca cree usted que se encuentran el Gobierno y las FARC de un cese al fuego y a las hostilidades?

García Peña: El cese al fuego no es un tema fácil, no es la salvación del mundo y tiene muchas complicaciones, pero yo estoy convencido que las partes han avanzado lo suficiente

Diálogos de paz
para empezar a abordar ese tema. Yo creo que por las urgencias en éste primer semestre del año deberíamos tener acuerdos concretos. No el gran acuerdo final pero si un primer acuerdo en esa materia.

C.c: El pueblo colombiano quiere acuerdos rápidos que permitan trabajar y vivir en paz. ¿Entonces que es lo que realmente deben esperar?

García Peña: Todo proceso es bien complejo. La gente siente que la paz es un proceso que se va acumulando linealmente como si uno estuviera cada vez más cerca, como si uno estuviera caminando a un sitio. Eso no es así, los proceso de paz tienen momentos en los cuales hay importantes reversazos. Hace uno año todos pensábamos por ejemplo que en el Medio Oriente estaban a punto de hacer la paz. Arafat y los israelitas se la pasaban juntos de cumbre en cumbre y todo el mundo decía: ¡eso ya está arreglado!. Pero hoy diríamos: ¡está mas lejos la paz en Israel de lo que estaba hace un año!. Entonces hasta no coronar la paz final, hasta no llegar a la meta final, todo proceso está atravesando por dificultades y tropiezos.

C.c: ¿Pero las constantes crisis del proceso en Colombia dejan la impresión que no se han puesto de acuerdo en nada?

García Peña: Yo pienso que el gobierno y la guerrilla si se han puesto de acuerdo. En tres años se han puesto de acuerdo en una agenda común que es importantísima, ya nadie en Colombia piensa que el problema se soluciona con la revolución socialista y tampoco, dicen, con el status quo, ya todos reconocemos que tienen que haber cambios y reformas. ¿Cuáles son, de qué tamaño, cómo se hacen?, hay que ver no hemos llegado ahí, pero tampoco creo que estamos en el punto cero.

García Peña: Se ha logrado un acuerdos para el intercambio humanitario y por primera vez en la historia las FARC aceptan el DIH. Se han puesto de acuerdo sobre empezar a tratar el tema del cese al fuego, sobre invitar a la comunidad internacional cosa que es fundamental y también nuevo para Colombia. De manera que si ha habido acuerdos lo que pasa es que esos acuerdos son insuficientes ante la expectativa del país que está absolutamente hastiado con la guerra y legítimamente quiere ver rápidamente que se acabe el derramamiento de sangre y por lo tanto es legitimo que los colombianos sigan insistiendo sigan insatisfechos, pero tampoco lleguemos al extremo que no hemos hecho nada. Hemos hecho poco frente a lo que hay que hacer pero ese poco es fundamental en cuanto a que son las bases y los cimientos sobre los cuales tenemos que construir y seguir construyendo hacia delante.

C.c: ¿Cuál debe ser el manejo del fenómeno paramilitar en

los temas de negociación?

García Peña: En principio uno tiene que decir que es lógico que todos los que están en la guerra tienen que estar en la paz. Y por lo tanto pensar en un proceso de paz sin las autodefensas es una paz incompleta, es una paz chueca e insuficiente. Pero lo cierto es que hay que preguntarse ¿Cuándo y Cómo?. Es decir, en que momento y bajo que condiciones. Yo pienso que en relación con el tiempo tienen que pasar por lo menos dos cosas: En primer lugar tiene haber un claro deslinde entre el Estado y los paramilitares. Creo que el Estado ha venido separando y creo que las Fuerzas armadas cada vez más entienden que el paramilitarismo no es un aliado sino un enemigo, igual que la guerrilla y aún más porque está erosionando la legitimidad del estado.
En segundo lugar, tiene que haber un avance en el proceso de paz con las guerrillas, el mismo Carlos Castaño ha dicho que las autodefensas son la consecuencia de las guerrillas y por lo tanto no tiene ningún sentido hablar con las autodefensas si todavía la guerrilla existe. Por eso así como la guerra de las autodefensas es consecuencia de la guerra de las guerrillas, la paz de las autodefensas también tendrá que ser, de alguna manera, consecuencia o parte de un proceso con las guerrillas.

C.c: ¿Que consecuencia traería para el conflicto colombiano si existiera la posibilidad de utilizar la ayuda militar que Estados Unidos destina a la lucha contra las drogas, ahora contra la insurgencia?

García Peña: Seria desastroso, fatal, ya me parece que la política norteamericana y sus fumigaciones, su enfoque militarista en la lucha contra el narcotráfico, ha sido muy dañina, no ha servido para acabar con el narcotráfico, y lo único que ha hecho es echarle mas leña al fuego, porque lo que termina haciendo es escalando el conflicto armado en Colombia.

C.c: ¿Cómo califica usted la participación de la comunidad internacional en el destrabe de los diálogos entre el gobierno del presidente Andrés Pastrana y las FARC?

García Peña: Una de las ganancias de este proceso ha sido la participación de la comunidad internacional. En Colombia nunca había participado la comunidad internacional en un proceso de esta naturaleza. Hubo un salto de la facilitación a la mediación. Ellos fueron mediadores . Por ello en Colombia se debería oficializara la labor del mediado en las mesas de negociación para evitar que las partes se enfrasquen y se queden en discusiones sin salida.

Más información. Daniel García Peña director Planeta Paz
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