UNU-Biolac cumple 25 años con avances en una prueba barata contra la sífilis

 El programa UNU-Biolac de las Naciones Unidas, que favorece el desarrollo científico en Latinoamérica, cumple su 25 aniversario este año con avances en el desarrollo de una prueba barata contra la sífilis y el genoma de la uva nacional de Uruguay, el tannat.

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 El programa UNU-Biolac de las Naciones Unidas, que favorece el desarrollo científico en Latinoamérica, cumple su 25 aniversario este año con avances en el desarrollo de una prueba barata contra la sífilis y el genoma de la uva nacional de Uruguay, el tannat.


El programa Biolac de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU), con sede en Caracas (Venezuela), fue establecido en 1988 para "promover la aplicación de la biotecnología en el desarrollo de países latinoamericanos y caribeños".

Según explicó a Efe el director del programa, el profesor José Luis Ramírez, durante una visita a Norteamérica, el programa es uno de los tres centros científicos que la UNU tiene en todo el mundo, junto con el Instituto Internacional de Software de Macao y el Programa Termal de Islandia.

"Somos uno de los pocos programas de ciencia de la UNU. La UNU tiene dos áreas, una de paz y seguridad y otra de tecnología. Biolac junto con los otros dos institutos son los brazos científicos de la Universidad de las Naciones Unidas", explicó Ramírez.

En esto 25 años, UNU-Biolac ha trabajado en la colaboración científica Sur-Sur y Norte-Sur.

El primer caso esta ejemplificado en el del programa de desarrollo de una prueba barata de detección de la sífilis que están desarrollando científicos uruguayos y paraguayos gracias al impulso de UNU-Biolac.

Según explicó la doctora Mónica Marín, profesora de Biología Molecular y Bioquímica de la Universidad de la República de Uruguay, la sífilis se ha convertido de nuevo en un grave problema sanitario en Latinoamérica.

Alrededor de tres millones de personas están infectadas con la enfermedad y cada año, 330.000 mujeres embarazadas y que padecen sífilis no reciben tratamiento lo que provoca el nacimiento de 110.000 niños con sífilis congénita y el aborto indeseado de otros tantos.

"El diagnóstico temprano es fundamental porque para curar la sífilis sólo necesitamos penicilina. Es muy barato y fácil", explicó Marín a través de un comunicado.

Con el apoyo de UNU-Biolac Marín y un equipo de investigadores de Uruguay y Paraguay está desarrollando una prueba, similar a los kit domésticos que hoy en día sirven para confirmar un embarazo, que permitirá detectar de forma inmediata la infección de sífilis.

Marín dijo que el coste de la prueba será de 1 dólar por unidad, en vez de los más de 25 dólares que cuestan hoy en día análisis similares de grandes compañías farmacéuticas, lo que permitirá a Paraguay y otros países latinoamericanos administrarla a su población.

"UNU-Biolac fue el punto de partida. Sin ellos, esto no podría haber sido posible", añadió Marín.

Ramírez señala que la colaboración entre científicos de países desarrollados y latinoamericanos, lo que denomina Norte-Sur, facilitada por UNU-Biolac ha permitido por ejemplo uno de los avances más importantes del sector vitivinícola de la región en décadas, la secuenciación del genoma de la uva tannat de Uruguay.

En este caso, el avance fue fruto de la colaboración, surgida a partir de un taller de UNU-Biolac en Montevideo, entre el profesor de Química de la Universidad de la República de Uruguay Francisco Carrau con el científico Massimo Delledonne, de la Universidad de Verona (Italia).

La uva del tannat, considerada en Uruguay como la "uva nacional", produce la mayor concentración en el mundo del vino de taninos, un componente conocido por sus características antioxidantes que combate el envejecimiento de las células.

Es por ello que los vinos hechos con tannat son considerados como algunos de los más saludables del mundo por sus elevados niveles de procianidina, elemento que reduje el colesterol y la presión sanguínea y que estimula una coagulación sanguínea más saludable.

La secuenciación del genoma del tannat, la tercera de una uva después de la francesa pinnot noir en 2007 y la italiana corvina, ha abierto la puerta a que los científicos descubran el secreto de cómo afectar la expresión de los genes en las uvas y la química del aroma y color del vino.

"La producción de vino siempre ha sido un arte. Hoy también es una ciencia", dijo el profesor Carrau en un comunicado.

"Si podemos determinar a través de biotecnología los factores que determinan el aroma y color de un vino, podemos potencialmente aplicar esa información para crear productos más placenteros y valiosos", añadió el científico uruguayo. EFE