Familiares de secuestrados rechazan "rescate a sangre y fuego"

Nacional - Sábado, 24 / Feb / 2007
 
Colombia.com
Decenas de familiares de los secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ataviados con camisetas blancas o negras con leyendas, y con pañuelos con los tres colores de la bandera del país, declararon hoy su oposición a un rescate de sus allegados por la fuerza.

Los familiares, muchos de ellos llegados a Bogotá desde distintas regiones, se congregaron en el atrio de la Catedral Primada de la capital tras una misa en la que se conmemoraron los cinco años del secuestro de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt.

Banderas de Colombia, pasacalles y enormes fotografías de policías, soldados, y de la misma Betancourt, acompañaron a quienes exigían del gobierno y de las FARC un encuentro urgente para alcanzar un acuerdo humanitario.

Alentados por el presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Augusto Castro, quien advirtió no imponer lo legal sobre lo humanitario, reclamó a las partes, a esa guerrilla y al presidente Álvaro Uribe, "abrir otras puertas" para lograr ese consenso.


Castro consideró que con el acuerdo humanitario, además, se podría poner fin a décadas de un conflicto armado interno que ha desangrado al país, y cesarían los desplazamientos.

Los parientes de la Asociación colombiana de familiares de miembros de la fuerza pública retenidos por grupos guerrilleros (Asfamipaz), con las manos unidas en la misa, taparon sus bocas con pañuelos de franjas amarilla, azul y rojo, en los que se leía: "¡No al rescate a sangre y fuego!".

Pero en el atrio de la misma Catedral Primada, en pleno centro de Bogotá, los mismos familiares gritaban: "Vivos se los llevaron, vivos los queremos", "Libertad, Libertad" o "Acuerdo Humanitario ¡Ya!", y abogaban por éste.

Algunos de éstos allegados relataban su drama particular a los periodistas agolpados a su alrededor, y entre ellos estaban parientes de los doce diputados del Valle, suroeste, cautivos desde 2002, la viuda de Guillermo Gaviria Correa, gobernador de Antioquia asesinado, e incluso humildes campesinos, padres de soldados secuestrados hace casi diez años en el cerro de Patascoy, suroeste.

"El único obstáculo para lograr un acuerdo humanitario es la falta de voluntad política", advirtió en su homilía el presidente de la Conferencia Episcopal.

Marleny Orjuela, una de las líderes de Asfamipaz, llevaba la "voz cantante" de la protesta y con mucha fuerza pedía "sí al acuerdo humanitario y no al rescate militar".

Las FARC han señalado que no reconocen al presidente Uribe "como interlocutor" para negociar el acuerdo.

La catalogada como la más importante guerrilla colombiana ha propuesto desde hace años un "canje" de 57 de sus rehenes, entre ellos Ingrid Betancourt, por unos 500 guerrilleros presos.


Uribe respondió el jueves con una orden a las Fuerzas Militares de "arreciar" la acciones contra las FARC, tras ser informado del resultado de la gestión humanitaria que hizo una personalidad no identificada que se entrevistó con los jefes rebeldes en las selvas del sur del país.

Aparte del alcalde bogotano Luis Eduardo Garzón, quien pertenece al partido opositor Polo Democrático Alternativo (PDA), ningún funcionario gubernamental asistió a la misa conmemorativa del quinto aniversario del secuestro de Betancourt y de Clara Rojas, su compañera para la Vicepresidencia.
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