DESNUTRICIÓN: La corrupción, la negligencia y el conflicto armado son causas de la muerte por hambre de los niños del Chocó

Nacional - Martes, 27 / Mar / 2007
 
Colombia.com
En el selvático departamento del Chocó, en el noroeste colombiano, la baja eficiencia, la ausencia de gestión y la corrupción, así como el conflicto armado, están tras las muertes por hambre de población infantil.

El ministro de Protección y Seguridad Social, Diego Palacios, a propósito de las informaciones sobre muertes de menores, explicó que "el Chocó es el departamento al que más plata se le gira" para la atención en salud, la promoción y la prevención "para cada uno de sus habitantes".

Palacios atribuyó a graves problemas de "eficiencia, gestión y transparencia" y a las largas distancias en el departamento, los problemas de atención en salud en esa región colombiana, limítrofe con Panamá.


La salud en Colombia es un servicio por el que responden en primer lugar los municipios.

Sin que aún se sepa el número exacto de niños de comunidades indígenas y afrocolombianas que han fallecido por desnutrición crónica y/o gastroenteritis -el gobierno habla de tres; en la región de 16- la realidad es que la tasa de mortalidad infantil del Chocó es de 90 por cada 1.000 nacidos, cuando la media nacional es de 20.

Chocó tenía, según el censo del año pasado, 388.476 habitantes en sus 45.539 kilómetros cuadrados de territorio, de los que 201.857 contaban con máximo 20 años de edad, y de ellos 107.185 eran niños hasta los diez años.


El Chocó, surcado por ríos y en donde literalmente llueve a cántaros todo el año, tiene deficiencias en el suministro de agua potable a su población, incluida la de Quibdó, su capital, que lo hace susceptible a enfermedades digestivas.

Desde el sábado anterior han ido tres comisiones médicas y de asistencia social, con el apoyo de helicópteros del Ejército, a unos 200 kilómetros al norte de Quibdó, escenario de las muertes por hambre de los menores.

La última de ellas esta semana, integrada por un grupo de médicos, expertos en nutrición, trabajadoras sociales y sicólogos del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).

Al municipio de Carmen del Darién, conocido también como Curvaradó, en donde se produce la emergencia sanitaria, se tarda por la única vía de comunicación para la población, el propio río, unas 10 horas.

La municipalidad está en la zona baja del río Atrato, uno de los más caudalosos del mundo y vía estratégica para los actores del conflicto armado.

En las aldeas afectadas por desnutrición severa la dieta apenas se compone de plátano y yuca, pues las faenas de pesca son esporádicas, por el temor a las disputas territoriales entre grupos violentos, según medios locales.

Oficialmente sólo ha habido tres muertes por problemas gastrointestinales en mes y medio, según el reporte de la secretaria de Salud municipal, Sandra Meza.

Pero la Pastoral Social con sede en Quibdó y la oficina del Defensor del Pueblo, aseguran que son 16, de ellas las de dos adultos, en nueve aldeas.

El sacerdote Albeiro Parra, director de Pastoral Social, aseguró que en un año 78 niños indígenas y afrocolombianos murieron por desnutrición y por falta de una atención oportuna.


Al menos otros 12 menores tienen el mismo diagnóstico de las víctimas: desnutrición severa.

Para el Defensor del Pueblo, Vólmar Pérez, es preocupante la "negligencia de la Gobernación" y de empresas responsables del régimen subsidiado de salud, que "por lo visto no adelantan ningún tipo de actividad de promoción y prevención".


Con información de EFE


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