¿Cómo operar de forma segura con CFDs sobre acciones?

La clave de un trading seguro es el control del apalancamiento y la gestión del riesgo

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CFDs sobre acciones

La clave de un trading seguro es el control del apalancamiento y la gestión del riesgo

Las motivaciones para comprar acciones operando con CFDs suelen ser de naturaleza económica.

La más obvia es que permiten multiplicar las plusvalías a través del crédito. Ciertamente, el apalancamiento es una de las mayores ventajas que ofrecen los CFDs. Es flexible y significativo. La posibilidad de obtener ganancias considerables en poco tiempo es, sin duda, el reclamo perfecto; pero también es una puerta al abismo.

El apalancamiento funciona en ambos sentidos, arrojando pérdidas potenciales igual de abultadas. Esto explica la facilidad con la que los inversores no profesionales pierden dinero manejando CFDs.

La falta de bagaje financiero lleva a muchos traders irresponsables a inflar sus expectativas, y esto se traduce en unas estadísticas poco esperanzadoras para los iniciados en las artes financieras: el 90% de los minoristas desisten en su primer año de vida.

La buena noticia es que operar con CFDs sobre acciones no tiene por qué ser la crónica de una muerte financiera anunciada. Con la formación (y la información) suficiente, una gestión del riesgo adecuada, una estrategia de inversión sólida y mucha paciencia, es posible disfrutar de una vida bursátil larga y satisfactoria.

Para empezar, es necesario desterrar una idea tan difundida como dañina: con los CFDs se gana mucho dinero, y muy rápido.

Psicología del trader exitoso

Un trader que piensa en los CFDs como la solución a todos sus males financieros es un inversor que tiene los días contados. Esta esperanza suele ser el reflejo de un pecado capital del minorista: la soberbia del principiante. Ya sea por ignorancia o por exceso de confianza, infravalorar los peligros del mercado es una temeridad. Lanzarse a la piscina bursátil, operando sin la más mínima formación es sinónimo de fracaso, tanto o más que invertir sin unos rudimentos psicológicos elementales.

El primero, por supuesto, es trabajar la humildad. Un trader que piensa que no tiene nada más que aprender está destinado a quebrar una y otra vez. Lo mismo se puede decir de un inversor que no entiende la inercia de los mercados. Un poco de mindfulness es altamente recomendable, no solo para disfrutar del momento, sino para aceptar que todo cambia. Las tendencias se agotan, los precios fluctúan y los mercados son impredecibles. 

Hay que aceptar la volatilidad como parte intrínseca de los mercados. Hay que controlar las emociones cuando las manos fuertes barren posiciones con movimientos bruscos. Hay que pedirle al mercado lo que pueda ofrecer en ese momento, asumiendo las pérdidas y dejando correr las ganancias en su justa medida. E igual de importante es no caer en la tentación del FOMO cuando la oportunidad de entrar ya pasó.

Sobre todo, no hay que ser un mono sintoísta. Negarse a admitir la realidad es el peor de los vicios del trader inexperto, especialmente los que se centran en las informaciones que alimentan su visión sesgada. Para un minorista que pone en riesgo sus ahorros, puede resultar imposible deshacerse del efecto avestruz; pero es que, de entrada, no se debe poner en peligro un capital que no se está dispuesto a perder, ya sea por avaricia o por necesidad. 

Formación básica para operar

Si bien la formación es una cuestión que siempre debe estar presente en la vida de un trader, los conocimientos básicos para operar con CFDs se puede aprender en un par de meses. A buen entendedor, pocas palabras bastan para comprender conceptos directamente relacionados, no solo con los contratos por diferencia, sino con la operativa bursátil en general (derivado, over the counter, activo subyacente, spread o swap).

Tampoco resulta demasiado complejo dar los primeros pasos en el área del análisis técnico. Dibujar líneas de tendencia, soporte y resistencia es relativamente sencillo, así como identificar divergencias, niveles de sobrecompra/venta o patrones simples de velas japonesas. Otra cosa es contextualizar estos elementos y darles sentido dentro de una estrategia definida, basando las operaciones (o no) en un detallado análisis fundamental.

Estrategias bursátiles con CFDs

Cada trader es un mundo, al menos los que no se limitan a replicar operaciones ajenas o entrar al mercado empujados por las señales de otros. El inversor que se forma, que se esfuerza, que progresa, termina definiendo un estilo original, con estrategias únicas. Aun así, y como es difícil crear algo nuevo bajo el sol, no es menos meritorio basarse en estrategias generalistas para desarrollar una identidad bursátil con sello propio.

En el caso de la compra de acciones, con o sin CFDs, la implementación de tácticas fundamentales es más que recomendable. Se suele decir que la gráfica lo descuenta todo, pero la información out of the graphic dice mucho de la salud de las empresas, aunque también pueden generar confusión.

Todo depende de la cantidad de información disponible y de los intereses que haya en juego. Como siempre, es cuestión de saber escuchar el ruido de los cañones y las trompetas.