Biden se retira de la candidatura presidencial: ¿Quién tomará el mando demócrata?

El presidente Joe Biden anunció sobre el medio día de este domingo su decisión de retirarse de la carrera presidencial, un giro inesperado que pone fin a una carrera política de más de 50 años y complica el panorama electoral a pocos meses de las elecciones.

A sus 81 años, Biden no logró superar las crecientes dudas dentro de su partido sobre su capacidad para un segundo mandato y las expectativas de derrota ante Donald Trump.

La salida de Biden se produce a menos de un mes de la convención demócrata y meses antes de las elecciones, un hecho sin precedentes en la política moderna. La última vez que un presidente en funciones se retiró de una candidatura a la reelección fue Lyndon Johnson en 1968, aunque su anuncio fue con más antelación.

Biden, con una carrera destacada que incluyó 36 años en el Senado, ocho como vicepresidente bajo Barack Obama, y cuatro intentos fallidos por la presidencia, enfrenta una situación inédita.

Su retirada provoca incertidumbre dentro del Partido Demócrata, donde ya se están formando facciones en torno a potenciales sucesores como la vicepresidenta Kamala Harris y los gobernadores Gretchen Whitmer y Gavin Newsom. Harris, como primera vicepresidenta mujer y de color, goza de un sólido apoyo entre los votantes afroamericanos, aunque no hay un claro sucesor en este momento.

La inclusión de un nuevo candidato en la papeleta plantea desafíos legales y potenciales bloqueos por parte de los republicanos. Durante su presidencia, las dudas sobre las capacidades de Biden se intensificaron tras un deslucido debate con Trump en junio, donde su rendimiento fue criticado por su falta de claridad y coherencia. Esto aumentó el temor entre los demócratas sobre su capacidad para vencer a Trump en noviembre.

A pesar de los esfuerzos de Biden por mantener el apoyo dentro del partido, su fracaso para asegurar una base sólida llevó a un creciente número de legisladores que le pedían que se retirara en favor del país. Trump, por su parte, ha usado la situación para reforzar su posición como víctima política y criticar al partido demócrata, exacerbando la división y el conflicto en la arena política.