El Premio Nobel de la Paz le fue concedido al Programa Mundial de Alimentos de la ONU

Las entregas de los premios Nobel de este 2020, como toda actividad propia en medio de la pandemia se ha tenido que realizar sin el tradicional público que acompaña esta importante velada, esperada cada año en el mundo entero y que premia lo mejor del talento humano en diferentes campos. 

La paz tan querida y anhelada escasea como la misma cura del COVID-19, en este mismo momento y sin importar la situación del mundo frente al virus, se siguen presentando enfrentamientos violentos en conflictos internos y también entre naciones, que como siempre arrojan los más nefastos resultados y que colaboran negativamente en la aparición o extensión del hambre.

La crisis desatada por la pandemia no solo se ha visto reflejada en pérdida de empleos, colapso de la economía y confinamiento, también ha hecho que más personas en el mundo se empobrezcan y lo que es peor, que muchos más se sumen a la lista de los que tienen que soportar hambre, un problema que se extiende a lo largo y ancho del planeta y que no recibe la atención que merece.

Hacer la paz parece sencillo y elemental, pero es la misión más difícil que puede existir, muchos piden que cesen las guerras y enfrentamientos, pero generalmente desde una posición cómoda que no alcanzan las balas ni los bombardeos, hacer la paz significa comprometerse con ella, estar en el mismo campo de batalla no para combatir sino para saber y sentir el dolor de otros.

El Programa Mundial de Alimentos de la ONU recibió el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos de pelear, pero no con un fusil, sino de combatir el hambre, un enemigo que muchas veces es más mortal que las balas y los misiles, y que tristemente, cada día se cobra la vida de más personas en todos los continentes.

El Programa Mundial de Alimentos de la ONU es una de las mayores organizaciones humanitarias del mundo y no solo provee de alimentos a quienes lo necesitan, sino que enseña a diversas personas a conseguirlo a través de la formación y de la capacitación.

Este programa se siente orgulloso de recibir el galardón, según lo expresó su portavoz, es un estímulo para continuar trabajando por los más necesitados y que le muestra al mundo que la paz y el hambre cero pueden ir de la mano, porque dar de comer es una forma de pelear, pero por la paz.