Estados Unidos pide paz en franja de Gaza, pero vende misiles de precisión a Israel

Las contradicciones de la política estadounidense han vuelto a aparecer, esta vez en la persona de Joe Biden, presidente de la nación, quien en medio del conflicto en la franja de Gaza que ha dejado decenas de muertos y heridos del lado palestino por la violenta arremetida del ejército judío contra su población civil, ha pedido al gobierno de Benjamín Netanyahu una desescalada de los ataques abogando tibiamente por la paz, firmando simultáneamente contratos de venta de armas.

Al presidente Joe Biden se le acusa de solo acompañar intenciones de paz, pero no de apersonarse de ellas. La situación en la franja de Gaza es dramática, en la última semana ha sido el escenario de ataques masivos del ejército israelí contra supuestos objetivos estratégicos palestinos, concretamente, contra miembros del grupo Hamas, pero en estas operaciones han muerto mujeres y niños provocando una tímida reacción estadounidense ante el hecho.

Estados Unidos es el principal aliado de Israel y por esa razón muchos consideran que no condena ni se manifiesta con autoridad ante el gobierno judío por sus acciones militares, que no respetan condición ni edad y que como ellos mismos dicen, responden con furia cualquier ataque hacia su pueblo.

La ONU trató de condenar la violencia de Israel hacia el pueblo palestino, pero los EEUU bloquearon dicho intento y algunos senadores estadounidenses piden que se adopte una postura firme hacia Israel para que suspenda la ofensiva militar contra el pueblo de Palestina, e incluso, que se suspenda la venta de armas al ejército judío, algo poco probable debido a la estrecha relación entre las dos naciones. 

El presidente de los Estados Unidos se ha manifestado contra la situación en la Franja de Gaza y ha solicitado un cese de los enfrentamientos, pero sin condenar a Israel, de quien el secretario de estado, Tony Blinken, dijo tener derecho a defenderse de los ataques de los Palestinos de Hamas, pero la gran contradicción consiste en que mientras el jefe de estado norteamericano pide paz, firma por otro lado con el gobierno de Israel un contrato de venta de misiles de alta precisión.

Estados Unidos pactó con Israel un contrato de 735 millones de dólares en el que el primero convertirá bombas “tontas” israelíes en misiles de “precisión, algo que según la comunidad internacional refleja la doble moral estadounidense y además es interpretado como un aval del gobierno Biden para que continúen las operaciones y bombardeos israelíes a la franja de Gaza.

El repudio internacional a los ataques del ejército judío crece a pesar de la tibia reacción de Joe Biden, quien dijo que su gobierno se caracterizaría por la defensa de los Derechos Humanos.