Por: Christopher Ramírez • Colombia.com

Experimento en Japón mostró lo fácil que es contagiarse de coronavirus

En la actividad, una persona "infectó" a diez más durante una reunión en un buffet.

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En la actividad, una persona "infectó" a diez más durante una reunión en un buffet.

Desde que se conocieron los primeros casos por coronavirus en China, a finales del 2019, el primer consejo dado por la Organización Mundial de la Salud fue: lavarse las manos.

Dos meses y 11 días después, la COVID-19 ya se había convertido en pandemia, y con todo esto la recomendación es la misma. Y es que, según los expertos, el lavado constante de manos podría reducir hasta en un 50 % el riesgo de contagio.

Ahora bien, la tarea no se completa simplemente con echar agua y jabón sobre nuestras manos, sino evitar el contacto de estas con otras partes del cuerpo. El virus no entra precisamente por los poros de los brazos, sino por las vías nasales, por lo que reducir al máximo el tacto entre nuestras manos y rostro es una de las principales prácticas en contra del contagio.

Lavar tus manos constante...

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Estas indicaciones fueron claramente explicadas por el canal NHK, un medio público japonés que mostró por medio de un experimento social lo que ocurre cuando el virus perdura en las manos de una persona y el riesgo que conlleva, no solo para sí misma sino para los seres humanos a su alrededor.

Para demostrar esto, un grupo de personas fue llevado a un buffet, no muy grande, en el que había un actor al que le aplicaron un líquido visible solo bajo una luz ultravioleta. Así, ‘el primer infectado’ hizo parte de la reunión de manera “normal”: tomó un plato, consumió sus alimentos, saludó a varias personas, hizo contacto con mesas y sillas, entre otras actividades propias del lugar en el que se encontraba.

@Eliavelia

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¿Cuál fue el resultado? Al transcurrir 30 minutos, los encargados del experimento apagaron las luces, comprobando que varios materiales como cubiertos, platos y vasos se encontraban “contaminados”, así como 10 personas que tenían rastros del líquido en sus manos e, incluso, en sus rostros.

De esta forma, la actividad demostró la facilidad de contagio del coronavirus que, en este caso, fue de 10 personas por un único transmisor del virus.

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