Por: Redacción Actualidad • Colombia.com

Multitudinarias protestas en Beirut por situación social a un año de trágica explosión

A un año de la explosión de 2.750 toneladas de amonio en el puerto de Beirut y que dejó más de 200 muertos y 6.000 heridos, Líbano padece una situación de hiperinflación y pobreza desesperante y agobiante para su población.

Más de 600.000 libaneses se han reunido en las calles de Beirut buscando respuestas a la difícil situación. Foto: Twitter @SaidChaya
Más de 600.000 libaneses se han reunido en las calles de Beirut buscando respuestas a la difícil situación. Foto: Twitter @SaidChaya

A un año de la explosión de 2.750 toneladas de amonio en el puerto de Beirut y que dejó más de 200 muertos y 6.000 heridos, Líbano padece una situación de hiperinflación y pobreza desesperante y agobiante para su población.

La situación en Beirut, la capital de Líbano es caótica, a un año de una explosión que sacudió la ciudad y dejó más de 200 personas fallecidas y 6.000 heridos, no se sabe nada sobre quiénes fueron sus autores, mientras la población se encuentra sumergida en una difícil situación económica y social.

2.750 toneladas de amonio explotaron cuando se encontraban almacenadas incorrectamente en el puerto y ocasionaron la explosión no nuclear más grande de la que se haya tenido noticia, tanto que se sintió en Chipre, a más de 200 kilómetros de distancia.

El material era transportado desde Georgia a Mozambique, pero problemas técnicos obligaron a detenerse en Beirut, pero allí se produjo la catástrofe que aún no puede ser sacada de la mente de los habitantes, y especialmente de quienes perdieron familiares y amigos por su causa.

La economía del país se encontraba en grave situación y la pandemia empeoró las cosas, pero la explosión no solo ha causado daños y heridas en mentes y corazones de los habitantes de este país golpeado por guerras en años anteriores, sino que ahora la difícil situación se generalizó.

El pueblo de Beirut ya no aguanta más a las élites dueñas del poder y que con alto grado de corrupción han sumido al país en la bancarrota y a sus habitantes en la pobreza, los precios de los alimentos y de los productos básicos han aumentado considerablemente y también escasean, razón por la que existen peleas en los supermercados y puntos de venta.

El precio de la gasolina se ha disparado y las largas filas de vehículos tratando de abastecerse de combustible forman parte del escenario diario, pero esto también afecta al resto de la población, porque los permanentes cortes en el suministro de energía obligan a la mayoría a contar con plantas de energía a gasolina, pero su alto costo impide comprarla con regularidad.

La libra libanesa, la moneda del país, ha perdido el 85% de su valor y de acuerdo con el Banco Mundial, este país de 6 millones de habitantes podría enfrentar una de sus peores crisis financieras del siglo XXI.

La población libanesa se encuentra molesta y clama por medicinas y alimentos, pero también porque se esclarezca la verdad sobre la explosión que sucedió un 4 de agosto a las 6 de la tarde, hora local.

Un tercio de la población libanesa vive bajo el umbral de pobreza y la hiperinflación campea, lo mismo que la corrupción de sus dirigentes, una bomba que puede explotar de peor forma que el amonio.