Piden a los uruguayos no llevar mate cuando vayan a la vacunación contra la COVID-19

Si hay algo que identifique a los uruguayos no es el sol en el extremo de su bandera, tampoco el río de La Plata que los separa de Argentina ni haber sido el primer campeón mundial de fútbol; el verdadero y reconocido símbolo de los uruguayos es el mate. 

Esta infusión hecha con yerba mate originaria del río Paraná y Uruguay, por eso es tan extendido su consumo en Paraguay, Uruguay y Argentina, aunque en Brasil, Bolivia y Chile también se consume, aunque en menor medida.

Los colombianos conocimos el mate gracias a los futbolistas uruguayos que llegaron a jugar en nuestro balompié hace 70 años, estos hombres descendientes de indígenas charrúas e italianos jamás abandonaban el mate de calabaza y la bombilla, utensilios imprescindibles para disfrutar de una bebida que ofrecían a los nuestros quienes preferían ir por un tintico.

El mate es el alma de los uruguayos, pueden beber hasta dos litros de la infusión al día y el consumo per cápita es de 10 kilos anuales. Los uruguayos lo llevan a donde quiera que vayan y además tienen como norma de educación ofrecerlo a los demás, quienes toman de la misma bombilla.

Es tal la costumbre de los uruguayos de portar el mate que se convierte en una especie de fanatismo, tanto así que el Ministerio de Salud Pública de la República Oriental del Uruguay ha tenido que recurrir a una solicitud insólita y pedir a sus ciudadanos no asistir a las jornadas de vacunación contra la COVID-19 con el mate, esto como medida para evitar la propagación y los contagios, que se han disparado en las últimas semanas.

Desde el inicio de la pandemia se solicitó a los uruguayos no compartir el mate para evitar el contagio por vía oral, pero ahora, con el creciente número de contagios y fallecidos, Uruguay dejó de ser ejemplo de manejo de la pandemia por el bajo número de fallecimientos y contagios, y ahora muestra cifras muy preocupantes y desde luego, dolorosas.

Ante los pedidos oficiales a no portar el mate, las recciones no se hicieron esperar, no se trataba de una broma, fue un pedido muy serio, y con la misma o más seriedad, se espera que los uruguayos adopten medidas de autocuidado y distanciamiento.