Querían vacunarse rápido contra la COVID-19 y se disfrazaron de abuelas

El mundo se mueve más rápido en sus jornadas de vacunación contra la COVID-19, sin embargo, en casi todos los países, el personal médico y las personas mayores de 80 años han sido determinadas para ser los primeros grupos poblacionales en recibir los biológicos destinados a la inoculación.

Con escépticos y sin ellos, la vacunación es una realidad, pero existen quienes ya no tienen paciencia y desean a toda costa recibir un biológico que les permita estar más cerca de no tener que preocuparse más por la infección con el virus que ha modificado la vida del mundo en el último año.

El condado de Orange en el estado de Florida fue el escenario de un pintoresco suceso, dos mujeres quisieron burlar el protocolo establecido del plan de vacunación de los Estados Unidos y se acercaron a uno de los centros de vacunación. En el lugar se encontraban esperando turno un grupo de adultos mayores de 80 años, y ellas, que acudieron vestidas y maquilladas como abuelitas, esperaban obtener la vacuna contra el coronavirus y no tener que esperar hasta la fecha designada por el plan de vacunación.

Las dos mujeres, una de 34 años y otra de 44, esperaban su segunda dosis, pues hace unas semanas habían recibido la primera y, al parecer, también lo hicieron vestidas como abuelas, ya que presentaron tarjetas de vacunación oficiales.

Un médico del lugar se percató del extraño aspecto de las dos mujeres, quienes vestían gruesos gorros y abrigos, pero, aunque con apariencia de ancianas, la firmeza de las carnes de sus brazos, no indicaban que contaran con más de 80 años.

Un médico del hospital no se explica cómo lograron hacerse vacunar la primera vez, y no niega que varias personas han intentado recibir la inoculación usando el mismo truco, pero finalmente han sido descubiertas.

Las jóvenes abuelitas fueron trasladas a la oficina del Sheriff del condado de Orange luego de ser detenidas y ahora se fijará su sanción. En el momento de la vacunación, las dos mujeres presentaron tarjetas de vacunación válidas, y aunque sus nombres aparecían allí, las fechas de nacimiento no concordaban, porque las venerables ancianitas resultaron ser una viejecita de 34 y otra abuelita de 44.