El cubano que usa condones para hacer vino

Orestes Estévez, de 65 años, le halló otra utilidad al condón o preservativo, para que éste haga parte de la producción de sus vinos caseros, que son toda una sensación en Cuba.

Su fórmula casera de frutas tropicales, en las que incluye uvas, banano, jengibre y berros es un éxito en La Habana, sin embargo, su proceso de preparación es lo que más ha causado curiosidad.

Todos los días Orestes, junto a su esposa e hijo, llenan botellas con 20 litros de vino y su mezcla de frutas. Al final del proceso, los condones se ponen encima de la boca de las botellas de vidrio.

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Cuando los preservativos se inflan significa que la mezcla de frutas se ha fermentado y produce gases. Es decir, que una vez el condón se vacía y cae, el producto está listo para ponerse en botellas.

Según Estévez, la idea surgió de una asociación de vinicultores a la que pertenece y en la que la mayoría de los miembros son "profesores licenciados en química en la universidad de la Habana", con quienes aprendió el proceso de fermentación.

Los preservativos han logrado sustituir las "mangueritas de suero" que son difíciles de conseguir en Cuba, a diferencia de los condones que se venden en las farmacias y que, según Estévez, se ha logrado "un resultado tremendo".

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