Por: David Ferrer • Colombia.com

Sencillez y cercanía: Las diferencias entre el entierrro del papa Francisco y sus antecesores

El papa rompió con siglos de protocolo vaticano para ser enterrado con sencillez y acompañado por los más vulnerables.

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El pontífice eligió Santa María la Mayor y un rito austero, dejando atrás la opulencia de sus antecesores. Foto: EFE
El pontífice eligió Santa María la Mayor y un rito austero, dejando atrás la opulencia de sus antecesores. Foto: EFE

El papa rompió con siglos de protocolo vaticano para ser enterrado con sencillez y acompañado por los más vulnerables.

En un giro sin precedentes, el funeral del papa Francisco rompió con tradiciones centenarias del Vaticano, poniendo de relieve su compromiso con la humildad y la sencillez. Mientras que Juan Pablo II y Benedicto XVI tuvieron ceremonias marcadas por la magnitud del protocolo y el despliegue en la Basílica de San Pedro, Francisco quiso un adiós más austero, con un cortejo fúnebre que priorizó la cercanía con los más vulnerables y un entierro fuera de los muros del Vaticano.

Ubicaciones y distinciones en el lugar de descanso

Los funerales de Juan Pablo II (8 de abril de 2005) y Benedicto XVI (5 de enero de 2023) tuvieron lugar en la inmensa explanada de San Pedro, con el cuerpo de ambos pontífices depositado originalmente bajo la gran cúpula de la Basílica y posteriormente trasladado a la cripta vaticana.

En contraste, el papa Francisco fue despedido en la misma Plaza de San Pedro, pero eligió ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, un lugar de devoción mariana al que estuvo unido durante décadas.

Peticiones y rituales: de la opulencia a la humildad

Benedicto XVI y Juan Pablo II mantuvieron el uso del tradicional triple féretro, plomo, bronce y madera,  junto a vestiduras litúrgicas rojas, largas vigilias y novenarios de luto público que se extendieron varios días. Francisco, por su parte, autorizó un funeral único con un solo ataúd de madera sencilla, eliminación de ornamentos excesivos y una Misa de réquiem “sin pompa, pero con dignidad” tal como él mismo lo dispuso en su testamento final.

Asistentes: de jefes de Estado a rostros olvidados

En el adiós al papa Juan Pablo II se congregaron más de 200 jefes de Estado y cerca de 4 millones de fieles en las calles adyacentes, siguiendo un riguroso protocolo diplomático que limitaba las delegaciones oficiales a cinco integrantes por país.

El funeral del papa Benedicto XVI, presidido por Francisco, reunió unos 50.000 asistentes, entre cardenales, obispos y monarcas europeos, en un acto solemne pero reducido respecto al de su predecesor. En cambio, el entierro de Francisco incluyó no solo a líderes mundiales como Donald Trump y Emmanuel Macron, sino también a 40 personas en situación de calle, migrantes y transexuales, “privilegiados” según su voluntad para acompañarlo en sus últimos momentos.

En definitiva, el funeral de Francisco y su posterior entierro no solo reconfiguraron los rituales en el Vaticano, sino que subrayaron el legado de un pontífice empeñado en acercar la Iglesia a los más humildes, frente al solemne aparato ceremonial que caracterizó a sus antecesores.

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