Violentas protestas en Paraguay por la mala gestión de vacunas contra la COVID-19

Paraguay, uno de los países de Suramérica con menor ingreso per capita, pero con una exuberante riqueza natural ha vivido una jornada de protestas en la que un gran número de manifestantes han salido a las calles a mostrar su descontento por el manejo que el gobierno de la nación guaraní le ha dado a la pandemia ocasionada por la COVID-19.

Los manifestantes agolpados en gran número en el centro de Asunción, capital de la República paraguaya lanzaron piedras y generaron incendios, mientras las fuerzas del orden trataban de controlar a la multitud con el uso de gases lacrimógenos y balas de goma, fuentes oficiales hablan de que el saldo de los enfrentamientos es de 20 heridos.

El centro de la capital se convirtió en un campo de batalla en el que el humo de los gases lacrimógenos lanzados por la Policía se confundía con el que salía de algunas edificaciones y locales que fueron alcanzados por bombas incendiarias de los manifestantes enardecidos por la que consideran una pésima gestión de la pandemia del gobierno encabezado por el presidente Mario Abdo Benítez.

El presidente de la República pidió la renuncia a todos los miembros de su gabinete para tratar de apaciguar el malestar de la ciudadanía que ve cómo los planes de vacunación contra la COVID-19 en Paraguay no arrancan y también por el deterioro del aparato de la salud en el país que carece de insumos médicos y se ve limitado para atender los asuntos propios de la pandemia.

Los enardecidos manifestantes salieron a las calles a exigir la renuncia del mismo presidente Mario Abdo Benítez, y se espera que hoy exista un pronunciamiento oficial del presidente, que, según su ministro de tecnologías de la información y comunicaciones, Juan Manuel Brunetti, dirá que el gobierno escuchó al pueblo y los ministros pondrán a disposición sus cargos.

La crisis política que se vive en Paraguay es cada vez mayor, el descontento con la gestión del presidente y su equipo de gobierno aumenta y se transforma en rechazo que lleva a la protesta violenta, además, la población manifiesta su molestia porque no existen condiciones para atender la pandemia, no hay insumos médicos, los casos de contagios y fallecidos aumentan con las horas y apenas han recibido 4.000 vacunas rusas Sputnik V contra la COVID-19, reservadas para el personal médico.