ONU había advertido sobre posible intervención de grupos ilegales en Bojayá
Tal parece que la toma paramilitar en este municipio del Chocó es la 'crónica de una muerte anunciada'.
Tal parece que la toma paramilitar en este municipio del Chocó es la 'crónica de una muerte anunciada'.
Los habitantes del caserío de Pogue, que hace parte de Bojayá, escenario en 2002 de una de las peores matanzas del conflicto armado colombiano, están confinados por la presencia en esa región de hombres armados pertenecientes a las paramilitares Autodefensas Gaitanistas, denunciaron líderes de la zona.
Sin embargo, para varios expertos esta situación se podría considerar como ‘la crónica de una muerte anunciada’.
El martes pasado la Misión de Verificación de la ONU presentó un informe sobre el estado de la implementación del acuerdo de paz en el que señala que la presencia de grupos armados ilegales en algunas zonas de Colombia, entre ellas el Chocó, es aún perjudicial para la población civil colombiana.
"(La presencia de grupos armados) Sigue teniendo consecuencias devastadoras, como reclutamientos forzados de menores, homicidios, desplazamientos, confinamientos y ataques y amenazas contra las autoridades y los líderes étnicos", explicó la Misión.
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Asimismo, resalta que "el deterioro de la situación en el departamento del Chocó es motivo de alarma" pues a comienzos de diciembre la Defensoría del Pueblo "confirmó el desplazamiento de 3.200 miembros de 17 comunidades étnicas del municipio de Alto Baudó y el confinamiento de ocho comunidades afrocolombianas e indígenas debido a los enfrentamientos entre grupos armados ilegales".
Igualmente, el pasado 17 de noviembre, durante los actos de entrega a la comunidad de los restos de cerca de un centenar de víctimas de la matanza del 2 de mayo de 2002 en Bojayá, organizaciones sociales y la Diócesis de Quibdó, capital del Chocó, advirtieron al Gobierno sobre el "inminente riesgo" de que ocurra una nueva masacre en la zona.
"Se ciernen nuevamente hechos amenazantes de desplazamientos, confinamientos, masacres, torturas, desapariciones, reclutamientos", advirtieron entonces en una carta la Diócesis de Quibdó, el Foro Interétnico Solidaridad Chocó, el Consejo Comunitario Mayor de la Asociación Campesina Integral del Atrato, Federación de Asociaciones de Cabildos Indígenas del Chocó (Fedeorewa) y la Mesa Indígena del Chocó.
Cabe recordar que la masacre de Bojayá ocurrió cuando una bomba lanzada por la guerrilla de las FARC, durante un combate con paramilitares por el control territorial de la zona, cayó en la iglesia donde se había refugiado parte del pueblo y mató a por lo menos 79 personas, aunque otras cifras hablan de 119 muertos y decenas de heridos.