Congresista estadounidense pide investigar visita de Iván Cepeda a paramilitares

Según el congresista republicano Mario Díaz Balart, Iván Cepeda cometió actos de interferencia en procedimientos judiciales al entrevistarse con Juan Carlos Sierra, conocido como “El tuso”, uno de los 13 paramilitares que el gobierno de Álvaro Uribe Vélez extraditó hacia los Estados Unidos en el año de 2008.

Díaz-Balart, congresista por el estado de Florida, afirma que Iván Cepeda se entrevistó en mayo de 2009 con Sierra cuando este se encontraba confinado en una cárcel de los Estados Unidos y que estando allí le ofreció asilo político en Suiza si entregaba información importante que incriminara a Álvaro Uribe en la conformación de grupos criminales.

En el grupo de extraditados a los Estados Unidos en el que se encontraba Juan Carlos Sierra, también aparecía Salvatore Mancuso, líder paramilitar que purgó su pena en cárceles norteamericanas y sobre el cual se ha pedido su deportación a Colombia para responder y aclarar muchos interrogantes abiertos hasta ahora y que buscan encontrar responsabilidades en muchos hechos violentos.

El congresista norteamericano afirma que existen informes según los cuales Cepeda no solo se entrevistó con Sierra, sino que también lo hizo con otros paramilitares con la idea de realizarles la misma proposición de asilo, Díaz-Balart pidió ayuda al Fiscal General de los Estados Unidos, William Barr para que se conozcan las grabaciones y diferentes registros de las visitas que supuestamente Iván Cepeda hizo a los presidiarios colombianos.

Mario Díaz-Balart sostiene que Iván Cepeda se reunió, además de Sierra, con Salvatore Mancuso y con “Don Berna”, pero el senador colombiano sostiene que dichas reuniones fueron autorizadas tanto por el gobierno colombiano como por el de los Estados Unidos y que en esas entrevistas nunca se ofreció dinero y que los testimonios de los señalados tuvieron un carácter voluntario.

El legislador de la Florida insiste en que de ser ciertos los reportes de visitas de Iván Cepeda a los paramilitares colombianos en los Estados Unidos, generaría serias preguntas sobre por qué un actor foráneo tuvo acceso a un presidiario que se encontraba bajo la custodia de los Estados Unidos con la idea de ejecutar soborno para cometer perjurio, interferencia en procesos judiciales y corrupción.

Díaz-Balart prosigue con su pedido diciendo que existe la preocupación por los informes y las posibles consecuencias que tengan ellos sobre las relaciones con el gobierno colombiano y plantea dudas sobre sobre la conducta de la administración gubernamental estadounidense que se encontraba en ese momento por la autorización de los encuentros, la de Barack Obama.