Expolicía acusado de la muerte de Diego Felipe Becerra es pieza clave para esclarecer el caso

El expolicía y patrullero Wilmer Antonio Alarcón, capturado el pasado sábado en Yopal, capital del departamento de Casanare, y quien se encontraba prófugo de la justicia desde hace 5 años después de que se le otorgara una pena de 37 años por el homicidio del joven artista urbano Diego Felipe Becerra hace 10 años, es ahora la piza clave para aclarar las circunstancias y desenredar el entramado que se tejió desde el mismo momento en que el joven falleció.

En la muerte del joven se vieron involucradas varias personas, desde los patrulleros que vieron por última vez con vida a Diego Felipe Becerra, oficiales, un abogado y un conductor de un vehículo de servicio público y su esposa.

La presencia en el caso de las últimas dos personas se debe a que supuestamente Becerra había asaltado por un bus de servicio público y las autoridades reaccionaron, entonces el joven habría disparado en contra de los uniformados y estos lo ultimaron, pero Medicina Legal determinó que el joven jamás portó, ni mucho menos disparó arma alguna, por lo que la historia del asalto estuvo llena de incongruencias.

Wilmer Antonio Alarcón se encuentra recluido en una celda en la Fiscalía mientras se determina a qué centro carcelario será trasladado, sin embargo, los familiares del joven artista urbano esperan que el expatrullero pueda ayudar a esclarecer el caso.

“No han terminado todos los procesos. Aún es posible que pueda declarar contra varios de los procesados e incluso pueda dar información de otras personas”, dijo el padre del joven, Gustavo Trejos.

Por su presunta responsabilidad en los hechos en los que murió Diego Felipe Becerra fueron procesados los coroneles de la Policía Nacional Nelson Arévalo, el comandante de la Policía de Suba, y José Javier Vivas, subcomandante de Policía de Bogotá en ese entonces; también el subteniente Rosemberg Madrid, el subintendente Juan Carlos Leal, el patrullero Nelson Daniel Rodríguez; el abogado Héctor Hernán Ruíz y el conductor de buseta Jorge Eliécer Narváez y su esposa, Nubia Mahecha, testigos del caso.

Los únicos condenados del caso fueron Alarcón y el subintendente Nelson Tovar, este último a 8 años de prisión señalado de participar en maniobras para llevar un arma de fuego al sitio donde falleció Becerra.

Wilmer Antonio Alarcón ya no podría recibir beneficios en rebaja de penas, pero podría buscar beneficios en su sitio de reclusión ante una eventual colaboración con las autoridades para declarar contra las personas vinculadas al desvío de la investigación.