Por: Christopher Ramírez • Colombia.com

[OPINIÓN] Colombia, de regreso al siglo XX

Estamos ante una época que creíamos haber dejado atrás.

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Así quedó la camioneta en que se transportaba la candidata por la alcaldía de Suárez (Cauca), Karina García. Foto: Twitter
Así quedó la camioneta en que se transportaba la candidata por la alcaldía de Suárez (Cauca), Karina García. Foto: Twitter

Estamos ante una época que creíamos haber dejado atrás.

Las ideas y opiniones expresadas en esta publicación son las del autor y no necesariamente reflejan la opinión ni posición de Colombia.com

El ‘Pichirilo’ que construyó el ‘profe Iván Duque’ nos devolvió directamente a una época inhumana y troglodita en la historia colombiana, que pensábamos iniciaba su fin con el proceso de paz.

El narcotráfico, otra vez en auge, así como los grupos paramilitares que son un reducto de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y que ahora se hacen llamar “Autodefensas Gaitanistas de Colombia”, “Águilas Negras” o simplemente BACRIM.

El crecimiento de cultivos ilícitos ha puesto en disputa a Colombia con países consumidores como Estados Unidos, el cual promete ayudar con la erradicación del narcotráfico, mientras que sus ciudadanos siguen siendo los clientes frecuentes de los grupos ilegales colombianos.

Ahora bien, en esta época el narcotráfico colombiano se ha visto influenciado por el mexicano que invierte, en gran magnitud, sumas y sumas de dinero, no solo para el transporte de la droga sino para las campañas electorales que se desarrollan en Colombia.

"Los carteles mexicanos están ahora en todo, están no solo en la violencia y el tráfico de droga, sino que empiezan a influir en la política local también", aseguró el director de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), León Valencia.

@parescolombia

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Así, según Pares, ya son cerca de 8 los candidatos que han recibido dinero del narcotráfico mexicano para financiar sus campañas políticas, sobre todo en la zona pacífica del país. La misma historia de siempre, solo que con un ‘picantico’ mexicano extra.

Sin embargo, el tráfico de drogas no solo colabora para la manutención de los ‘paras’, sino también la de los ‘guerrillos’. Tal es el impacto de las drogas en los grupos de izquierda, que un pequeño reducto señaló como inviable aferrarse al Acuerdo de Paz que se firmó con el Gobierno Nacional, en 2016. Así, a pesar de formar parte del Congreso de la República y de facturar 32 millones de pesos mensuales, fue más la necesidad de seguir delinquiendo que la satisfacción de ingresar a la vida legal.

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De vuelta a la violencia

Por supuesto, este choque ideológico de izquierda y derecha, ambos unidos por el dominio de la droga en el país, así como por la ambición al poder y la corrupción, ha originado una ola de violencia en contra de los que denuncian estas problemáticas. No hay distinción alguna: ya sean líderes sociales o candidatos a los puestos ejecutivos del país.

Ejemplo de eso es el asesinato de la candidata a la Alcaldía de Suárez (Cauca), Karina Garcia, quemada en su auto junto a su mamá y tres acompañantes más.

@ELTIEMPO

El dolor de Suárez, Cauca...

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Así, de acuerdo con la Misión de Observación Electoral (MOE), Karina se unió a los otros cuatro candidatos a los que se les arrebató la vida, previo a las elecciones de octubre.

Además, algunas ONG’s, tanto colombianas como internacionales, han puesto a conocimiento de los colombianos los cerca de 400 asesinatos de líderes sociales en el país.

De esta forma, podemos decir que, durante el último año, Colombia ha retrocedido dos o tres décadas en el pasado. Los muertos salen por cientos, las ideas se contra argumentan con balas, los paramilitares toman el control del país y la guerrilla vuelve a armarse tras un mal efectuado proceso de paz.

Colombia es un ciclo en el que siempre volvemos a la guerra. Somos algo así como la "Crónica de una muerte anunciada".