Hija de Pablo Escobar por primera vez sale a la luz pública

Según la historia, la adoración del narcotraficante Pablo Escobar era su hija, por la cual se atrevía hacer cosas inauditas con tal de complacer los sueños de su pequeña.

Colombia.com - Actualidad
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Según la historia, la adoración del narcotraficante Pablo Escobar era su hija, por la cual se atrevía hacer cosas inauditas con tal de complacer los sueños de su pequeña.

Manuela eran los ojos del capo y ella una inocente niña le decía que ella deseaba un unicornio y con tal de hacer realidad sus sueños, cuenta ‘Popeye’ hombre de confianza de Escobar que el capo cogió un fino caballo de su finca y le pegó un cuerno de vaca en la frente. Días después el animal murió por la infección de esa improvisada cirugía.

Cuando Pablo Escobar fue dado de baja toda la familia del capo se trasladó a Argentina y su pequeña hija tomó el nombre de Juana Manuela Marroquín Santos y su hermano, Juan Pablo, el de Sebastián. 

La familia Escobar logró tener una vida tranquila en el anonimato los hijos del Pablo encontraron una vida normal, entraron a estudiar a un colegio en Buenos Aires en el que hicieron amigos muy lejana a su pasado. Manuela podía ir colegio algo muy distinto a cuando vivía huyendo en Medellín. 

Es por eso, que una fotografía ha causado revuelo, la hija de Pablo Escobar ya es una mujer de 31 años, junto a la foto se cuenta un poco de su vida en Buenos Aires.

Un reportaje del diario El Tiempo cuenta que Manuela tenía un gran talento para el canto, que Piero, quien en ese momento era el secretario de Cultura de Buenos Aires, intentó que participara en un coro que él dirigía. Sin embargo, cuando en 1999 se hizo público que los hermanos Marroquín eran verdaderamente los hijos del capo Pablo Escobar, ese sueño que habían construido se derrumbó. 

Para Manuela fue un golpe muy fuerte entonces no quiso salir a la calle ni volver al colegio. El golpe fue tan duro, que tuvo que tener clases con profesores privados en su apartamento, como lo hacía años antes cuando su papá la mantenía en un búnker para protegerla. 

Según cuenta José Alejandro Castaño en su libro Cierra los ojos princesa, su papá era tan genial, que “le hizo creer que el ratón Pérez era millonario y por eso le dejaba maletines con fajos de dólares a cambio de un diente de leche”. Agrega que cuando tenía 5 años, el capo “le había dado tanto dinero, que creyó que se había ganado seis veces el premio mayor. Él le decía que ella tenía poderes mágicos”.

Su hermano, Sebastián Marroquín, dice que era tanto el amor de Pablo por la niña, que una vez quemó dos millones de dólares para evitar que ella muriera. “En una oportunidad se hallaban "encaletados" en una casa-quinta en una de las montañas que rodean a Medellín y la zona terminó acordonada por la Policía. Era tanto el fría que en la madrugada la hipotermia comenzó a hacer estragos en Manuela. En la casa lo único que había eran dos costales con dos millones de dólares y Escobar decidió hacer una hoguera con ellos para evitar que se congelara”, cuenta la publicación. 

Mientras su hermano es un personaje público e incluso escribió un libro sobre su vida, Manuela hoy Juana Marroquín ha querido vivir lejos de los medios.

La foto que apareció en Internet es la primera muestra de la hija por la cual el capo era capaz de hacer lo impensable.