Por: Juan Carlos Sierra • Colombia.com

Cómo el cine independiente en Colombia intenta superar la crisis del coronavirus

El arte es uno de los grandes afectados por la pandemia.

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Es incierto saber si logrará mantenerse durante más tiempo. Foto: Shutterstock
Es incierto saber si logrará mantenerse durante más tiempo. Foto: Shutterstock

El arte es uno de los grandes afectados por la pandemia.

 La pandemia ocasionada por el coronavirus ha traído nefastas consecuencias para todos los
renglones de la economía, pero el cine ha sido uno de los más golpeados, tanto que, con 4 meses
sin exhibición, este gremio considera que, una vez superada la emergencia sanitaria, tardarán años en recuperarse.

En Colombia, la situación del cine y todo lo que lo rodea se encuentra en grave crisis y sobrevive con un respirador artificial, los exhibidores buscan maneras de generar algún ingreso con sus salas vacías debido a la imposibilidad de que las reuniones de personas se presenten al no ser seguras y favorecer contagios por covid19.

Pero si los grandes, que tienen el respaldo económico de una gran organización, tienen las peores dificultades de su historia, no es difícil imaginar qué pasa con los independientes.

Icónicas salas como Tonalá en Bogotá, han debido recurrir a la caridad para no cerrar y hasta a realizar domicilios de comida, y aunque muchos se han unido a los esfuerzos por mantenerla viva, no se puede garantizar que pueda volver a la actividad después del coronavirus.

El cine independiente intenta mantenerse en pie, pero la situación no es sencilla, no existe la posibilidad de exhibir de forma masiva, así es que algunos han decidido realizarlo a través de plataformas digitales, mientras que la producción de piezas cinematográficas, simplemente está detenida.

Los proyectos de rodaje que andaban en curso antes de la pandemia, deben esperar hasta que se pueda volver a realizar trabajo al aire libre y los que lograron terminarse y no se alcanzaron a exhibir, esperan la reapertura de las salas, un asunto que por ahora no parece tener solución a la vista.

Con el confinamiento, el concepto para quienes pretenden exhibir es uno solo; producir desde casa, y las redes sociales se han convertido en la plataforma para hacer que el público conozca la escasa oferta de estos días.

La llamada economía naranja, tan promulgada por el gobierno, por el momento no es más que un fondo al que se pide ayuda con la idea de obtener dinero para subsistir, pagar salarios y arriendos atrasados, cuando su finalidad principal es la de promover y apoyar diversos sectores de la
economía,
entre ellos, el del cine y el entretenimiento.

El cine independiente simplemente ruega por no desaparecer, las ayudas gubernamentales con créditos blandos no son más que promesas y la actividad se mantiene tratando de reinventarse y aprovechar los medios de exhibición digitales, pero la realidad es clara, si no termina pronto la emergencia, su futuro es incierto.