Corazonada, la película musical que le costó la quiebra al director Francis Ford Coppola

¿Quién no lo ha intentado todo por amor?, creo que no existe la persona que por amor no haya sufrido y se haya lanzado por caminos que quizás no conducen a ningún lugar, eso parece ser lo que le ocurrió al gran Francis Ford Coppola, que después de su éxito en El Padrino y con apenas 41 años se lanzó a la aventura de una película que no funcionó.

Ford Coppola y George Lucas, escritor y director de Star Wars, se conocieron y decidieron fundar American Zoetrope, una empresa con una visión única en la industria de Hollywood que pretendía que el estudio mantuviera un contrato con actores y no existiera la interferencia de los directores.

Con una inversión de casi 7 millones de dólares, American Zoetrope contaba con 9 sets de filmación y 34 cuartos para edición, y así, la compañía que pretendía romper el molde de la industria inició su trabajo.

´One from the Hearth´ o ´Corazonada´, fue la película de 1982 con la que Zootrope se estrenó en el mundo del cine y se trataba de una historia muy personal de Francis Ford Coppola porque en ella mezclaba el musical con el teatro, plasmando vivencias e influencias personales porque el reconocido director hizo sus pinos en el teatro universitario y su padre era un reconocido compositor musical.

Ford Coppola involucró otro aspecto personal en la historia porque la escribió cuando atravesaba un duro momento en su matrimonio, porque él y su esposa se habían separado y habían decidido conocer a otras personas para ver si después de un periodo podían salvar la relación.

La historia de Corazonada, un musical, estaba basada en una pareja que vivía en unión libre que decidió buscar otros caminos con parejas diferentes, algo igual a lo que vivía su director.

La película con mucho arte y figuras como Frederick Forrest, Raúl Juliá, Rebecca de Mornay y una joven Natasja Kinski. La película tenía también a un Tom Waitts escribiendo la música, pero al final todo fue un rotundo fracaso, los actores se rebajaron el sueldo a la mitad y los acreedores se quedaron con el terreno y los bienes del estudio.

A partir del fracaso de American Zoetrope la carrera de Ford Coppola se puso en entredicho, pero en 1990 con El Padrino 3 logró pagar sus deudas y con Drácula de Bram Stoker volvió a conectarse con el público.