Gerard Butler se mató entrenando su cuerpo para la película ´300´

Gerard Butler llegó a ser uno de los actores más reconocidos de Hollywood y su carrera se movió entre los papeles de comedia, acción y hasta participó en desquiciadas historias del inglés Guy Ritchie.

Quien había sido considerado como uno de los grandes galanes en comedias románticas, dio un salto grande en su carrera cuando fue el actor protagonista de ´300´, la película de 2007 dirigida por Zack Snyder y que adaptaba el cómic de Frank Miller llamado de esa manera.

Esta película no pretendía ser una recreación de la histórica batalla de Termópilas, sino que era su adaptación producto de un cómic, por eso contaba con una estética muy particular, algo que entendieron los lectores de Frank Miller, pero que dejó perplejos a quienes no tenían idea y preferían ceñirse al rigor histórico.

Aunque en la película los soldados y reyes espartanos y persas lucían un aspecto físico envidiable, se dijo que esto había sido logrado con retoques digitales, los mismos que habrían dado el concepto artístico a la producción, pero esto resultó desmentido y se aseguró que los participantes en la película, protagonistas o no, se habían sometido a un riguroso acondicionamiento físico o ya contaban con él.

Luego de 17 años, Gerard Butler, nacido en Escocia, y que para el momento del rodaje de 300 contaba con 37 años (hoy tiene 54), aseguró que su papel le exigió 6 horas de entrenamiento al día distribuidas en crossfit, dos de culturismo y las otras dos de coreografía de lucha.

El actor afirmó que nunca en su vida había alcanzado tan buena forma física, por lo que, a pesar de la dureza, trato de disfrutarlo, pero la filmación con un permanente fondo azul le hizo creer que la película sería un fiasco, cosa que, por fortuna para él, no fue así.

A Butler no le gradaba pronunciar diálogos en los que señalaban cosas que no aparecían y que luego fueron puestas en la edición bajo los últimos adelantos de la época en términos de edición digital.

El escocés quedó perplejo y le callaron la boca dejándosela abierta ante la calidad del resultado final, que no solo se vio reflejado en una factura única de la película, sino en un magnífico estado atlético para el actor.