"Uno al año no hace daño 2", una película sin moraleja

La película más vista en Colombia, éxito total, pero "Uno al año no hace daño 2" está muy lejos de lo que necesitamos en una industria cinematográfica.

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La película más vista en Colombia, éxito total, pero "Uno al año no hace daño 2" está muy lejos de lo que necesitamos en una industria cinematográfica.

Como todos los años, el 25 de diciembre se acostumbra a estrenar en las salas de cine colombiano una película muy “de nosotros” por decirlo así, basta con recordar la trilogía de “El paseo”, que de hecho ya va para su cuarta parte.

Este tipo de películas son del humor popular al que está acostumbrado el colombiano promedio, como un Sábados Felices llevado a la pantalla grande, pero incluyendo de cuando en cuando algunas groserías, pues bien, así es el perfil de “Uno al año no hace daño 2”.

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La película mantiene el argumento mostrado en la primera parte, donde Marcos, estudiante de Periodismo, continúa con su “documental” que trata de registrar los efectos, las causas y los usos del licor en la cotidianidad colombiana, que incluye desde nacimientos hasta funerales.

El objeto de estudio en el documental continúa siendo una familia promedio colombiana, numerosa, llena de tíos, abuelos y amigos, aficionados por el fútbol, con problemas en el amor o familiares, con prejuicios y egoísmos por momentos, que pueden no tener los mayores lujos, pero eso sí, donde nunca falta el dinero para el trago hasta emborracharse (este último punto es una triste radiografía de la sociedad en el país).

Básicamente se trata de mostrar a los personajes en diferentes situaciones como el Día de la Madre, una despedida de soltero, Halloween y el popular paseo de olla al río, en donde en todas las ocasiones el protagonista es el licor, el cual lleva a una serie de desenlaces inesperados acompañados de situaciones “graciosas”, para algunos.

La película avanza de manera respetuosa por casi una hora, se pueden ver cosas que llaman la atención por ser situaciones en las que más de uno nos identificamos, pero el problema, la incomodidad, la pena ajena llegan cuando por varios minutos se centra la atención en un hombre que sufre de una erección la cual no puede controlar. 

Una escena un tanto explícita y desagradable para muchos, donde todo lo pasable de la película se puede ir al piso por este detalle, que sumado a otros hacen pensar ¿Eso es lo que somos?

Según cifras, “Uno al año no hace daño 2” alcanzó 350 mil espectadores en su primer fin de semana de estreno, lo que la convirtió en la película más vista en el país, algo que se ha vuelto tendencia en los filmes colombianos que se estrenan para ese popular 25 de diciembre.

De todo esto queda es un gran sinsabor, debido a que la película no lleva nunca a la reflexión, se deja en el aire la simple idea de que somos un país de borrachos, donde todo con el trago pasa sin importar los problemas que vengan después de una borrachera;  y una película a la que se le auguraba gran éxito debido a los resultados de su primera parte, debería tener un poquito de responsabilidad social e invitar precisamente a un consumo responsable y consiente.

De qué sirven tantas campañas de “El exceso de alcohol es perjudicial para la salud”, cuando uno de los medios más masivos de comunicación como el cine se usa para destacar que el licor es parte inherente de lo que es el colombiano, lleno de problemas y de alcohol. Lo más triste, llenamos las salas de cine. Deberíamos impulsar un nuevo mensaje: "El exceso de estas películas es perjudicial para la sociedad". 

Wilmar Rodríguez / Colombia.com