Ciclismo

Por: Juan Carlos Garcia Sierra • Colombia.com

La panela: el delicioso combustible de nuestros escarabajos

La Panela no solo es un alimento indispensable, ha sido el combustible que ha hecho imparables a nuestros escarabajos en las carreteras del mundo.

Actualización
Los ciclistas colombianos dejaron de ser animadores para convertirse en protagonistas de las mejores competencias. Foto: Facebook Ciclismo colombiano
Los ciclistas colombianos dejaron de ser animadores para convertirse en protagonistas de las mejores competencias. Foto: Facebook Ciclismo colombiano

La Panela no solo es un alimento indispensable, ha sido el combustible que ha hecho imparables a nuestros escarabajos en las carreteras del mundo.

Por estos días la panela vuelve a ser protagonista, bueno, seamos sinceros, la panela todos los días es protagonista en nuestro país porque es parte fundamental de nuestra alimentación. No hay nada mejor que disfrutar un tinto hecho con aguadepanelita, una humeante taza de esta con queso y arepa, o si no, solita también es buena.

¿Qué si nos la van a patentar y nos van a poner a tomar otra cosa?, para eso estamos los que hacemos parte del pueblo criado a punta del elixir de la caña, para defender lo que es nuestro.
Pero olvidémonos por un instante de políticos y habladores de toda estirpe y centrémonos en esos héroes que sobre su caballito de acero le muestran al mundo que en Colombia somos más que corrupción, somos una raza que supera los más altos premios de montaña que la vida nos impone, porque nuestro gusto por la vida y el ciclismo hace que nuestro corazón no palpite, sino que pedalee.

Hace casi 40 años que comenzó la conquista de Colombia a Europa, sí señores, no fue al revés como sucedió hace siglos porque un grupo de deportistas provenientes de Suramérica, concretamente de Colombia, ¿de dónde?, de Colombia, señores, inició grandes gestas sobre una bicicleta en una batalla sin heridos y en donde las armas eran el valor, la tenacidad y el deseo de grandeza.

Deportistas de Boyacá, Antioquia, Santander, Valle, Cundinamarca, Nariño y otros departamentos no tan ciclísticos pero colombianos como ninguno, disputaron codo a codo los primeros puestos del lote en los míticos ascensos de los Alpes y los pirineos en franca lid con europeos de mayor talla, pero nunca de mayor coraje. Nuestros hombres no se amilanaron nunca y los ciclistas del resto del grupo se mantenían extrañados porque no solo aguantaban el paso, sino que eran quienes lo marcaban, ¿pero de qué estaban hechos estos colombianos para aguantar tanto?, pues señores, estos ciclistas callados y combativos contenían mucha berraquera y panela.

Atención: la panela secre...

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En plena carrera de una etapa en ascenso y muy desgastante, el pelotón ingería alimentos muy bien envueltos que emulaban esas comidas de astronauta, los colombianos sacaban su pedazo de panela, la ponían en su boca y sin ser hombres del espacio, subían las cumbres como cohetes.
Cochise Rodríguez, Patrocinio Jiménez, Lucho Herrera, Fabio Parra, Alfonso Flórez y muchos otros que no olvidamos, pero no escribimos sus nombres por falta de espacio, potenciaron sus fuerzas chupando panela, los europeos sabiendo esto protestaron, porque esa cosa rara los hacía inalcanzables en la cuesta, al cabo de un tiempo se prohibió su consumo en plena carretera y la provisión de alimento en las competencias se hizo igual para todos los competidores.

En 1962 la doble a San Je...

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Muchos creyeron que con esto sucedería lo mismo que con Sansón, pero nuestros ciclistas la dejaron para consumir previo a los entrenamientos, así potenciaron su fuerza y coraje y con cada año de experiencia, nuestros escarabajos iniciaron un camino victorioso que incluyó los títulos de las competencias más importantes y en diferentes años tuvimos la Vuelta a España, el Giro de Italia y el Tour de Francia en el bolsillo, ese lugar en donde guardábamos la panelita para chupar, pero no para chupar rueda como otros, sino para irnos en solitario hacia la victoria.

Hagamos un brindis por nuestros ciclistas, levantemos nuestras tazas de agua de panela y digamos juntos, ¡Salud, Colombia!