F1: Lando Norris y Max Verstappen definieron el campeonato mundial en el GP de Abu Dhabi

Amaneció el 7 de diciembre con muchos colombianos enfundados en la gorra y la camiseta de RedBull, convencidos de que la victoria de Max Verstappen en Abu Dhabi sería suficiente para estirar la batalla por el título de la Fórmula 1.

Y aunque el piloto neerlandés cumplió con su parte al llevarse el triunfo en Yas Marina, la historia terminó escribiéndose por otro lado, pues Lando Norris, con un tercer lugar calculado al milímetro, se coronó campeón del mundo en una definición que dejó el ambiente cargado de sorpresas, comentarios, análisis y más de una mirada incrédula.

La jornada, que comenzó con esa mezcla de tensión y nostalgia propia de los finales de temporada, fue el escenario donde McLaren finiquitó un plan que llevaba meses en construcción. Desde antes de que se apagara el semáforo, el equipo tenía claro que la clave pasaba por mantener a Norris dentro del podio.

Oscar Piastri, tercero en la clasificación general, asumió un papel estratégico, cuidando espacios y tensando la carrera para que el británico pudiera ejecutar sin contratiempos. Verstappen, como era de esperarse, salió decidido a presionar desde la primera curva, consciente de que necesitaba un escenario perfecto para revalidar su hegemonía. Sin embargo, la matemática nunca terminó de darle la razón.

El punto de quiebre llegó en la vuelta 17, cuando Norris se dirigió a boxes. De allí en adelante, quedó obligado a remontar posiciones en un tren de monoplazas que no estaba dispuesto a ceder. El duelo con Yuki Tsunoda se volvió uno de los momentos claves de la tarde; el japonés recibió instrucciones para obstaculizar en la medida de lo posible, pero el británico resolvió el enfrentamiento con un solo movimiento limpio, directo y oportuno, afianzando el tercer lugar que, vuelta tras vuelta, parecía cada vez más definitivo.

En los giros finales, los ataques de George Russell y Charles Leclerc intentaron inquietarlo, pero ninguno logró moverlo del carril donde se jugaba su primera estrella. McLaren, esta vez, evitó experimentos arriesgados y renunció a decisiones polémicas: Piastri tenía margen para modificar el orden, pero no fue necesario. Al cruzar la meta, Norris resumió la temporada en un par de frases cargadas de alivio y disciplina, destacando la ejecución impecable del equipo en los momentos más tensos del año.

La corona, más allá del festejo británico, confirma la resurrección de McLaren tras años de irregularidad. Las lecciones duras de Las Vegas y Qatar, sumadas a la dirección calculada de Zak Brown, quedaron reflejadas en un cierre sólido que devuelve al equipo a la cima por primera vez desde 2008. Norris, ahora el trigésimo quinto campeón mundial, cerró el calendario con 423 puntos, apenas dos más que Verstappen, mientras Piastri completó el podio de la temporada.