Por: David Ferrer • Colombia.com

¡Una verraquera!: Alisa se gradúa a los 10 y quiere trabajar en inteligencia artificial

Alisa, la pequeña estudiante dejó a más de uno boquiabierto con sus logros y su pasión por aprender. Su padre dejo todo para educarla y rindió fruto.

No se trata de una niña común: A los dos años ya leía fluidamente y a los cinco resolvía ecuaciones de álgebra. Foto: KENS 5: Your San Antonio News Source
No se trata de una niña común: A los dos años ya leía fluidamente y a los cinco resolvía ecuaciones de álgebra. Foto: KENS 5: Your San Antonio News Source

Alisa, la pequeña estudiante dejó a más de uno boquiabierto con sus logros y su pasión por aprender. Su padre dejo todo para educarla y rindió fruto.

Con tan solo 10 años, Alisa Perales está dejando claro que el talento no tiene edad y que no es una niña del común. Nacida en San Bernardino, California, y criada bajo una rutina académica intensiva, está a punto de convertirse en la graduada más joven del Crafton Hills College, donde en pocas semanas obtendrá dos títulos de grado asociado con un promedio casi perfecto.

Pero su historia va más allá de un récord académico: es una muestra viva del impacto que tiene el acompañamiento familiar en el desarrollo intelectual.

Alisa no es una estudiante común. A los dos años ya leía fluidamente y a los cinco resolvía ecuaciones de álgebra. Desde entonces, su vida dio un giro gracias a una herencia familiar que permitió que su padre, Rafael Perales, se dedicara por completo a su formación.

Las clases en casa, de lunes a sábado desde las 8:00 a.m., marcaron el ritmo de su infancia, al punto que ella misma reconoce que aprender le resulta “tan divertido como jugar afuera”.

El reto de crecer diferente

Aunque ingresar a la universidad a los ocho años, aún siendo muy niña, fue un logro en sí mismo, también implicó un desafío emocional para la pequeña. Por primera vez salía de la educación en casa para enfrentarse a un entorno universitario, y como ella misma contó, el nerviosismo no se hizo esperar. Sin embargo, el apoyo de sus profesores y compañeros permitió que se adaptara con rapidez.

Para su padre, el impacto era evidente: muchos pensaban que él era el estudiante y no la niña. Pero fue su curiosidad constante la que terminó por ganarse el respeto de toda la comunidad educativa. Incluso, durante una clase de ciencias políticas, presentó una demanda federal por los derechos de voto juvenil, demostrando que su madurez va mucho más allá de los libros.

¿Y ahora qué? El futuro de Alisa, entre Stanford y la inteligencia artificial

Aunque podría haber conseguido dos títulos más si se quedaba un semestre adicional en la universidad, Alisa ya tiene la mirada puesta en su próxima meta: ingresar a una universidad de alto nivel, con Stanford como su favorita. Su sueño es desarrollar una carrera en inteligencia artificial, un campo que le apasiona desde ya.

Su historia no solo es inspiradora, también plantea una reflexión profunda: ¿qué tanto estamos preparados para potenciar a niñas y niños que, como Alisa, rompen todos los moldes del sistema educativo?

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