UdeA en crisis: cancelación de semestres deja a miles en el limbo

La Universidad de Antioquia (UdeA) enfrenta una crisis institucional marcada por el paro estudiantil indefinido iniciado en noviembre de 2024, lo que generó la cancelación del segundo semestre en varias facultades y dejó un panorama incierto para 2025.

El Consejo Académico emitió la resolución 3822 el 11 de diciembre, permitiendo a las unidades académicas reestructurar o cancelar el semestre según su avance. Facultades como Medicina e Ingeniería, que habían completado el 80 % de sus cursos, lograron finalizar el periodo, mientras que en Comunicaciones y Filología, con apenas el inicio del semestre previsto, se cancelaron más de 100 cursos.

La cancelación del semestre afecta directamente a los profesores de cátedra, quienes quedaron sin contrato ni ingresos durante tres meses debido a la suspensión de las actividades. Aunque algunos recibieron pagos parciales por contratos abiertos, el sindicato Aspudea denuncia la precariedad laboral y la falta de estabilidad. Según Selnich Vivas, la situación representa un “precedente peligroso” que impacta la vida universitaria y las finanzas personales de los docentes.

Por otro lado, los estudiantes enfrentan desafíos significativos. Aproximadamente 14.000 de los 31.000 matriculados en Medellín provienen de otras regiones, y muchos tuvieron que prolongar su estadía sin avances académicos.

Además, las nuevas cohortes admitidas para el segundo semestre de 2024 y el primer semestre de 2025 aún no inician clases, lo que genera riesgos de deserción ante la falta de capacidad docente e infraestructura.

Por otro lado, la Universidad de Antioquia, con un déficit financiero estimado en $420.000 millones, no ha encontrado en la cancelación de semestres un alivio económico significativo, mientras que el Gobierno Nacional destinó $606.518 millones para su funcionamiento en 2024. Sin embargo, estas medidas no han mitigado la crisis.

Las decisiones sobre el paro, los nuevos calendarios académicos y la contratación de docentes se esperan para el 15 de enero, cuando se reanuden las actividades administrativas. La incertidumbre persiste tanto para la comunidad académica como para la institución en general.