Giovanny Ayala abrazó nuevamente a su hijo y él relató el terror que sintió mientras estuvo privado de la libertad

El pasado 18 de noviembre el hijo de Giovanny Ayala, Miguel Ayala, había sido secuestrado cuando salía de una presentación en el Cauca y durante varios días no se obtuvo ninguna información sobre las razones del secuestro ni de los secuestradores, sin embargo, luego de días de búsqueda y oraciones, las autoridades por fin dieron con el joven y regresaron la tranquilidad a las familias.

Fue el ministro de Defensa, Pedro Sánchez quien dio a conocer que se había dado el rescate de Miguel Ayala junto a su manager después de estar privados de la libertad durante 14 días. Según imágenes dadas por la Policía, fueron encontrados en la selva en una especie de carpa improvisada que los protegía de la lluvia, en las imágenes es evidente la cara de desolación de los jóvenes, sobre todo de Miguel, quien tiene los ojos llenos de lágrimas.

Los jóvenes estaban en la vereda conocida como Chorritos en La Sierra, donde aparte de liberar a los secuestrados también capturaron a uno de los personajes que los tenía retenidos. Según el ministro de defensa, "Los avances investigativos permitieron establecer que los secuestradores serían integrantes del frente 'Carlos Patiño” del 'Estado Mayor Central'".

Reencuentro de Giovanny Ayala y su hijo.

Pocas horas después de que se diera la liberación y el rescate del joven, Giovanny Ayala corrió para reencontrarse con su hijo, dejando en claro lo agradecido que estaba con las autoridades por devolverle la paz a él y a su familia “Qué bendición tener a nuestros muchachos de nuevo con toda la familia, qué Navidad tan bonita que nos da la Policía”, destacó el cantante.

El abrazo en el que se fundieron ambos fue sin duda un emotivo momento que demuestra las ansias que tenían de verse y sobre todo el miedo que en algún momento tuvieron de que esto no volviera a pasar. Miguel por su parte, reveló algunos detalles de lo que fue estar en cautiverio por estos días, “Los primeros días fueron horribles, en serio, no podíamos dormir, con miedo a que nos asesinaran, supongo que yo creo que no nos iba a pasar nada peor que lo que nos pasó a nosotros. (…) pero gracias a Dios por ayudarnos, con el hambre, con el humo, muchísimas gracias a Dios” destacó Miguel.