Yina Calderón no dudó en darle responsabilidad a Franklin Ramos en su depresión
Yina Calderón confesó que las críticas por su ropa la llevaron a reinventarse como figura polémica de redes sociales. Ahora se siente mejor que nunca.

Yina Calderón confesó que las críticas por su ropa la llevaron a reinventarse como figura polémica de redes sociales. Ahora se siente mejor que nunca.
En medio del revuelo mediático que ha rodeado su participación en La casa de los famosos Colombia 2025, Yina Calderón volvió a remover su pasado para hablar de uno de los capítulos más complejos de su vida pública: los inicios de su carrera en la televisión y el duro impacto emocional que le dejaron los comentarios sobre su apariencia.
La empresaria de fajas, influencer y DJ no se guardó nada y confesó cómo el rechazo de la élite del entretenimiento colombiano la empujó a construir la personalidad irreverente por la que hoy es ampliamente conocida.
La peor vestida… pero la más nombrada
Calderón narró que tras su participación en Protagonistas de nuestra tele en 2013, comenzó a recibir invitaciones a eventos sociales y galas importantes, aún viviendo en Tunjuelito y desplazándose en TransMilenio.
“Yo iba feliz, pero salía llorando”, contó. ¿La razón? Las constantes burlas que recibía por parte de críticos de moda, especialmente del reconocido estilista Franklin Ramos, quien la catalogaba como “la peor vestida”.
Según la influencer, esa época fue emocionalmente devastadora. La depresión que vivió fue tan fuerte que se encerró en su habitación, abrumada por no tener los recursos para lucir como las otras celebridades. “No tenía pa’l vestido, me tocaba patonear el Gran San”, dijo en el pódcast El placer de tenerte. A pesar del dolor, su historia no se quedó en el drama.
La "ñera" que se volvió marca personal
Lejos de ceder ante las críticas, Yina Calderón capitalizó el desprecio y lo convirtió en su sello. Comprendió que ser “la peor vestida” la ponía en boca de todos, mientras que otras figuras mejor vestidas pasaban desapercibidas. Fue ahí donde decidió no luchar contra la imagen que otros le imponían, sino usarla a su favor. Así nació su faceta de “personaje escandaloso” y su popularidad creció.
“Me decían ñera, fea, la que no sabe vestirse… pero era la que todo el mundo nombraba. Entonces dije: de aquí me agarro”, relató. Hoy, maneja cuentas de chismes en redes sociales y no oculta su deseo de llegar a presentar uno de esos programas que alguna vez la destruyeron con comentarios.
Lo que para otros fue motivo de burla, para Yina se convirtió en plataforma. Y si algo ha dejado claro, es que en el mundo del entretenimiento, no siempre gana la más bonita… sino la más mencionada.