Las caricias: toda una ciencia en el mundo felino

Como bien se sabe y se ha logrado comprobar, los gatos son uno de los animales más misteriosos, pues tienen una peculiar personalidad independiente, innumerables comportamientos que hacen parte de su lenguaje corporal y variables estados de ánimo que hacen que sea cada vez más difícil comprenderlos.

Sin embargo, de eso se trata, de aprender a entenderlos pues cada uno de estos felinos es un mundo completamente aparte y, por ende, no todos tienen los mismos gustos y reacciones. Uno de los temas en los que las personas fallan con más frecuencia son las caricias, pues insisten en querer tratar a los gatos como si fueran perros. 

Al respecto, un estudio realizado por la revista científica Science Direct logró concluir que una de las formas más eficaces de que los gatos disfruten la interacción humana es que se acostumbren a ella desde sus primeras semanas de vida, más específicamente entre la segunda y la séptima. No obstante, esto no siempre es posible, pues hay quienes los adoptan cuando ya son adultos.

Por esta razón, es necesario dejar de agobiarlos al obligarlos al contacto físico y a los mimos, pues esto solo puede generarles estrés y ansiedad, los mismos que terminan desencadenando algunos problemas en su salud. Si tu gato huye cuando intentas consentirlo, respeta su espacio alejándote y esperando a que sea él el que se acerque a ti cuando lo desee.

Interpreta las señales

Hay algunas actitudes de tu gato que funcionan como señales para que identifiques si se siente cómodo o no mientras lo acaricias, esto es a lo que se le conoce como comunicación no verbal. Si él mismo se acerca para que lo consientas no hay ningún problema, pues está claro que quiere estar ahí y se siente cómodo.

Si por el contrario eres tú quien se acerca a él, debes observar muy bien su comportamiento; si ronronea, mantiene la cola erguida o toca tu mano cuando dejas de acariciarlo es una buena señal, pues quiere decir que se siente bien y realmente lo disfruta. 

Ahora bien, si gira la cabeza alejándose de ti, parpadea mucho, te muerde o golpea tu mano con sus patas o su cola, es mejor que pares de consentirlo y te alejes, pues no tiene ganas de que haya contacto físico y solo quiere tranquilidad.

¿Cómo hacerlo?

Lo primero que debes hacer es dejar que sea él el que se acerque a ti para ser acariciado, pues solo él sabrá cuándo hacerlo. Además, ten cuidado con las zonas en las que lo haces, las más recomendables son las mejillas, la base de las orejas y la parte inferior del mentón; por el contrario, evita las patas.