¿Cómo afrontar el duelo por la pérdida de una mascota?

Las mascotas se han convertido en un integrante más de las familias, de hecho, son muchas las personas que los prefieren en lugar de tener hijos; y esta es la razón principal por la que el cariño hacia estos pequeños seres es tan grande.

Este mismo motivo es el que hace que el duelo por su pérdida sea tan difícil de sobrellevar y, contrario a lo que muchos piensan, llegue a ser casi tan doloroso como el fallecimiento de cualquier ser querido.

De hecho, un estudio realizado por el departamento de ciencias animales de la Universidad de Hawai, en Estados Unidos, concluyó que el 30% de los dueños sienten dolor por aproximadamente seis meses y un 12% lo considera un proceso mucho más traumático en su vida.

“Su muerte implica un duelo profundo y doloroso, debido a la gran compañía que nos ofrecen, al estrecho vínculo que se establece entre ellos y nosotros, y al amor que llegamos a profesarles”, explica Begoña Elizalde, psicóloga coordinadora del grupo de trabajo en duelo y pérdidas.

Cuatro fases del duelo

Las fases del duelo por la pérdida de una mascota son, según los expertos, las mismas que cuando fallece algún otro miembro de la familia:

La negación

Este es el momento en el que no ha sido posible afrontar su fallecimiento, por lo que es necesario deshacerse o guardar definitivamente los juguetes y demás pertenencias de la mascota; también es necesario ocupar la mente en otras actividades.

La expresión de emociones

Es importante que expreses todo lo que sientes, ya sea rabia o tristeza; si no tuviste la oportunidad de velar a tu mascota, es bueno que realices algún ritual de despedida con seres cercanos, y te permitas llorar lo que sea necesario.

La reconstrucción

Te darás cuenta que muchas de tus rutinas han cambiado desde que tu amiguito no está, como sacarlo a pasear, jugar con él o simplemente consentirlo, y esto puede causarte melancolía; por esta razón, debes crear nuevas rutinas.

Relacionarse con el recuerdo

El cariño que sientes por tu mascota jamás desaparecerá, por lo tanto, seguirás recordándola pero de una forma más serena; esto hace parte del proceso de recuperación.