Miércoles de Ceniza: testimonios de encuentros con lo inexplicable en este día sagrado

El Miércoles de Ceniza es una tradición religiosa cuyos orígenes se remontan al judaísmo. En la antigüedad, los creyentes tenían la costumbre de cubrirse con cenizas cuando había pecado o se preparaban para una fiesta importante, ya que este elemento representa “un deseo de conversión”. 

Este día se considera santo porque simboliza el comienzo de la cuaresma, un periodo de 40 días que culmina con la Semana Santa, donde los fieles recuerdan y honran el sufrimiento, la muerte y la resurrección de Jesucristo. 

Son muchas las historias que se tejen en torno a esta tradición, incluso existen relatos muy perturbadores de fenómenos que han ocurrido en este día santo. A continuación te compartimos 2 estremecedoras historias paranormales del Miércoles de Ceniza.

Según testimonios recopilados por el creador de contenido Howard Gutiérrez, del canal de YouTube Conexión Enigma, este día santo puede hacer que algunas personas sean más propensas a experimentar sucesos aterradores.

Uno de los más llamativos ocurrió en Antioquia, donde un hombre aseguró haber recibido una maldición tras ponerse la ceniza. El joven decidió acompañar a su novia a la iglesia para cumplir la tradición; sin embargo, el sacerdote que le impuso la ceniza le susurró al oído una frase inquietante: “No debiste venir”.

Luego de esto, el hombre comenzó a experimentar una serie de fenómenos extraños y síntomas como migrañas intensas, visiones perturbadoras y la sensación de ser observado por sombras en su habitación. Todo parece indicar que no fue un sacerdote quien le impuso la ceniza. 

La segunda historia es bastante perturbadora y tiene que ver con una joven cumpliendo la voluntad de su madre un Miércoles de Ceniza. La mujer prometió a su mamá que llevaría a su padre moribundo a ponerse la ceniza; sin embargo, cuando fueron a la iglesia el hombre experimentó un episodio de paranoia en que sentía que alguien los perseguía (la muerte). 

De acuerdo con la narración, tras recibir la ceniza, el hombre presentó una mejoría inexplicable. “Cuando llegamos a la iglesia, el Padre nos vio y entendió de inmediato lo que pasaba. Nos hizo pasar sin decir nada. Mi papá apenas podía mantenerse en pie, pero en cuanto el sacerdote le puso la ceniza en la frente, algo cambió. Su piel recuperó un poco de color y el temblor desapareció. Ahora se podía sostener el solo de pie”.