Vida y Estilo JUL 18 / 2019 ¿Qué tal eres para los trabalenguas? Y allí está ese chico o chica que tanto te gusta, no sabes qué hacer, te conviertes en una montaña de nervios y sudas frío; no te acercas porque las piernas te tiemblan como gelatina, no puede ser, me vio y viene caminando hasta aquí, ¡Dios, me voy a morir del susto!