Misterios en Marte: El origen del metano en Marte, parece tener una respuesta
La presencia de metano en Marte tiene intrigados a los científicos, pues algunos aparatos lo detectan y otros no y por eso era "un misterio".
La presencia de metano en Marte tiene intrigados a los científicos, pues algunos aparatos lo detectan y otros no y por eso era "un misterio".
La investigación, en la que participa Jorge Pla-García, del español Centro de Astrobiología (CAB CSIC-INTA), se centra en las mediciones de metano en el cráter Gale, donde opera el rover Curiosity de la agencia espacial estadounidense NASA.
Aunque el estudio resuelve en parte el misterio, no lo dilucida del todo, pues queda por entender por qué el metano que debería haberse acumulado en la atmósfera en cantidad suficiente para ser detectado desde el espacio no puede medirse.
El rover Curiosity, que llegó a Marte en 2012, ha detectado repetidamente metano en la superficie del cráter Gale, pero el satélite Orbitador de Gases Traza (TGO), de la misión ExoMars de la Agencia Espacial Europea (ESA), que opera desde 2016, no ha hallado metano en la atmósfera marciana.
Ambos equipamientos tienen una gran precisión en sus mediciones. Por eso, los científicos se sorprendieron al comprobar que los datos de uno y otro no coincidían, explica la NASA en su web.
En busca de una explicación, el equipo de Curiosity llegó incluso a considerar que fuera el rover el que produjera esas emisiones, por ejemplo al aplastar rocas o por la degradación de las ruedas, aunque no era sí.
Finalmente, el equipo responsable del instrumento del Curiosity encargado del análisis de muestras en Marte consideró la hipótesis de que la discrepancia entre las mediciones de metano se debiera a la hora del día en que se toman.
Como necesita mucha energía, el espectómetro láser TLS del rover marciano funciona, sobre todo, por la noche, cuando no hay otros instrumentos en marcha.
La atmósfera marciana está en calma por la noche, por lo que el metano se filtra desde el suelo y se acumula cerca de la superficie, donde el rover puede detectarlo.
El TGO, sin embargo, necesita la luz solar para localizar el metano a unos cinco kilómetros por encima de la superficie, pero este gas cerca de la superficie durante la noche se mezcla con la atmósfera por el día, lo que lo diluye hasta niveles indetectables.
Los científicos hicieron mediciones con el TLS a lo largo de un día marciano, alternando una medición nocturna con dos diurnas, y las realizadas de día confirmaron que el metano bajaba a cero.
Aunque el estudio sugiere que las concentraciones de metano suben y bajan a lo largo del día en la superficie del cráter Gale, los científicos aún no han resuelto completamente el misterio.
El metano es una molécula estable que se espera que dure en el planeta unos 300 años antes de desaparecer por efecto de la radiación solar.