Una macabra criatura se posaba sobre un árbol en Cracovia, el extraño ser era tan solo un croissant

Cracovia, la segunda ciudad de Polonia cuenta con un ambiente único, en sus plazas el tiempo parece haberse congelado en la época medieval y las noches frías pueden hacer que quienes visitan la ciudad por primera vez se sientan un poco atemorizados por el ambiente.

Las noches de frío invierno y la atmósfera propia de la ciudad enrarecen el ambiente también para sus habitantes produciendo en ocasiones situaciones que simplemente no se pueden creer.

Una mujer muy extrañada divisaba desde su casa un árbol ubicado justo en frente de ella, ella notaba que había una extraña criatura, que por la oscuridad parecía tratarse de un ser de figura inquietante que no parecía tratarse de este mundo, comunicó a los otros habitantes de la casa, quienes también encontraron misteriosa la figura de aquel ser, sin embargo, ninguna de ellos se atrevió a salir del edificio y descifrar de qué ser se trataba.

Muy angustiada la mujer tomó su teléfono y llamó a los servicios de protección animal, prefirió comunicar a esta institución lo que sus ojos detectaban y evitarse la incredulidad de la policía, así es que dijo a quienes atendieron su llamado telefónico que no sabía bien qué tipo de criatura tenía en frente.

Los auxiliares del servicio de protección animal de la ciudad, al otro lado de la línea, le pidieron que describiera el animal, o cuando menos que dijera a qué otra especie se parecía, la asustada mujer solo atinó a decir que ese ser de figura tenebrosa que se posaba desafiante en el árbol tenía un aspecto similar a una iguana.

Causó mucha extrañeza en los hombres de la asistencia que dijera que la posible criatura en el árbol se tratara de una iguana, pues este animal es propio de zonas muy calientes y en el frío invernal polaco seguramente no sobreviviría, sin embargo, se dirigieron hasta el lugar y cuando llegaron no podían dar crédito a lo que sus ojos veían.

Los osados elementos de protección animal se santiguaron y al cercarse a la extraña criatura se dieron cuenta de que no se trataba de un animal, tampoco de un monstruo, era simplemente un croissant que alguien había arrojado al árbol días antes.