Novena Santo Tomás de Aquino para recuperar un amor, día 5

¿Quieres recuperar un amor? Santo Tomás de Aquino puede interceder en los casos difíciles o en las ataduras del amor.

Colombia.com - Vida y Estilo
Colombia.com - Vida y Estilo

¿Quieres recuperar un amor? Santo Tomás de Aquino puede interceder en los casos difíciles o en las ataduras del amor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Te puede interesar: Oración a San Felipe Apóstol para pedir por las madres

Oración para todos los días

A Vos, Dios mío, fuente de misericordia, me acerco yo, inmundo pecador, para que os dignéis lavar mis manchas. ¡Oh Sol de justicia, iluminad a este ciego! ¡Oh Médico eterno, sanad a este miserable! ¡Oh Rey de reyes, vestid a este desnudo! ¡Oh mediador entre Dios y los hombres, reconciliad a este reo! ¡Oh buen Pastor, acoged a esta oveja descarriada! Otorgad, Dios mío, perdón a este criminal, indulgencia a este impío y la unción de vuestra gracia a esta endurecida voluntad. ¡Oh clementísimo Señor!, llamad a vuestro seno a este fugitivo, atraed a este resistente, levantad al que está caído y una vez levantado sostenedle y guiad sus pasos. No olvidéis, Señor, a quien os ha olvidado, no abandonéis a quien os abandonó, no desechéis a quien os desechó y perdonad en el cielo a quien os ofendió en la tierra. Amén.

Oración a la Santísima Virgen

¡Oh bienaventurada y dulcísima Virgen María, océano de bondad, Hija del Rey soberano, Reina delos ángeles y Madre del Común Criador! Yo me arrojo confiado en el seno de vuestra misericordia y ternura, encomendándoos mi cuerpo, mi alma, mis pensamientos, mis deseos, mis afectos y mi vida entera, para que por vuestro auxilio camine yo siempre hacia el bien según la voluntad de vuestro amado Hijo, N.S. Jesucristo. Amén.

Quinto Dia: Objetivo Vastísimo de la Sabiduría

No es la sabiduría una mera virtud técnica que cifra todos sus encantos en la contemplación delas maravillas de Dios y en la simple especulación de los altísimos principios de las cosas, sino que, como dice el Apóstol, extiende su influencia a los actos de la vida regularizando los movimientos y disponiendo los fines de las causas secundarias. Por eso, al distinguir el P. San Agustín en la humana inteligencia dos facultades, una que llama razón superior y otra que llama razón inferior, añade que la primera al contemplar a Dios y sus grandezas, hace aplicación a los actos humanos acomodándolos a las leyes divinas que son base de todas las armonías. Y por lo mismo que el don de la sabiduría es tan excelente y soberano, tiene virtud y eficacia para ejercer su acción en inmensa esfera uniendo al alma con Dios a quien mira como Causa universalísima y perfecta, y moderando a la par todas las operaciones con que esa misma alma hade demostrar su actividad en la vida: y así viene a verificarse que Dios como principio soberano y necesario, es regla y medida de los actos humanos que son contingentes y mudables, resultando de esta celestial influencia, no una mengua de la libertad y una torpeza en las acciones humanas, sino más bien el esplendor augusto de esa libertad y una dulcedumbre inefable junto con un descanso y una placidez soberana con el que el alma todo lo hace en brazos de la santa Providencia. Esta paz y bienaventuranza que produce la sabiduría, no pueden conchabarse ni tener cabida en un alma pecadora y entregada a los vicios, pues que ya dice el mismo Dios, que en el alma prevaricadora no puede entrar la sabiduría, ni hará su habitación en un cuerpo que está sometido al pecado. La razón de esto es obvia y facilísima, puesto que el recto juicio que la sabiduría nos inspira, bien sobre las cosas y verdades de Dios, bien sobre los demás objetos regulados por la contemplación divina, no puede hacerse sino mediante cierta unión del alma con Dios lo cual sólo se consigue con la caridad que no se halla en un corazón dominado por culpa grave. Por eso la sabiduría legítima y verdadera es la herencia de los buenos y sólo en sus almas puede sentirse su bendita influencia cumpliéndose así aquello de Salomón, que el temor de Dios y la guarda de sus leyes, son el principio de toda sabiduría.

(Ahora pídase la gracia especial que se quiera conseguir y luego rézense tres Padrenuestros y Avemarías con su Gloria Patri en reverencia de la humildad, sabiduría y pureza angelical de Santo Tomás de Aquino).

Antífona

¡Oh Santo Tomás, gloria y honor de la Orden de Predicadores! Transpórtanos a la contemplación de las cosas celestiales, tú que fuisteis maestro soberano de los sagrados misterios.

V. Ruega por nosotros, Santo Tomás.

R. Para que nos hagamos dignos de las promesas de Jesucristo.

Oración final

Gracias, os doy, Señor Dios mío, y Padre de misericordias, porque os habéis dignado admitirme, a mí pobre pecador e indigno siervo vuestro, a la participación gratuita de vuestra gracia en el secreto de la oración. Yo os ruego que esta comunicación de mi alma con Vos no sea castigo de mis culpas, sino prenda segura del perdón de mis ofensas, armadura finísima de la fe y escudo invulnerable de mi corazón. Concededme la remisión de mis faltas, el exterminio de la concupiscencia y de la sensualidad, el aumento de la caridad, de la humildad, de la paciencia, de la obediencia y de todas las virtudes; defendedme de las asechanzas visibles e invisibles de los enemigos; dadme el sosiego inefable de mis apetitos y de todos mis afectos para que así pueda unirme mejor a Vos que sois mi felicidad y descanso. Suplico también. Dios mío, que después de mi muerte, os dignéis admitirme a la Pascua celestial y al convite divino donde Vos en unión del Hijo y del Espíritu Santo, sois luz verdadera, abundancia perfecta, gozo sempiterno, alegría consumada y felicidad sin medida. Amén.

Te puede interesar:

#Oraciones ¿Quieres recuperar un ...

Ver publicación completa

Colombia.com