Por: Juliana Palomino • Colombia.com

Te dolerá más perder a tu perro que a tu mejor amigo

Las personas suelen tener una relación mucho más cercana con su mascota que con las personas que los rodean.

Ellos se vuelven parte de la familia. Foto: Shutterstock
Ellos se vuelven parte de la familia. Foto: Shutterstock

Las personas suelen tener una relación mucho más cercana con su mascota que con las personas que los rodean.

La conexión que mantienen las personas con sus mascotas puede resultar sorprendente, pues en estudios se ha mostrado que el 31% de las personas quieren más a su amigo cuadrúpedo que a quienes los rodean.

Para muchas personas es tan importante su mascota, como un hijo, por ende, lo adoptan como tal y lo hacen parte de la familia, a tal punto que muchos de ellos cuentan con espacios de recreación y hasta educación. En definitiva, ¡son hijos!

Si la persona es soltera o convive únicamente con un canino, el vínculo que creará con su compañero de cuatro patas será aún más grande, razón por la cual, la falta del 'animalito' será más impactante si lo que se afronta es el deceso del perro que prácticamente es como si se convirtiera en la ausencia de un familiar.

Debido a esto, muchas personas se encierran en su soledad y puede resultar más fuerte que perder al mejor amigo, ya que con la mascota la convivencia, el tiempo y la diversión, en definitiva, se daba en mayor cantidad.

Según un estudio publicado en la revista BCM Biology, la domesticación de los lobos grises de Eurasia sería la razón por la que todo comenzó. Al suceder esto, sus descendientes comenzaron a ser identificados como perros y con ello se dio paso a todas las razas que hoy en día se conocen.

Serían genes los encargados de actuar de manera rápida en la embriogénesis de los animales, para que en ese tiempo el fenotipo comenzará a apuntarle a un animal doméstico que mostraba a simple vista las diferencias entre el perro y el lobo, pues su mandíbula se modificó al igual que el cráneo (que era más chiquito), la región facial y las orejas que podían ser caídas y más pequeñas.

Además de convertirse en animales domésticos, el lobo siguió presente en la vida del humano y al pasar el tiempo y entrar en un proceso de sedentarismo, estos animales rodeaban sus aldeas, pero ya no se temía, pues a cambio de la protección que brindaban, las personas les proporcionaban comida, lo que aparentemente fue el inicio de una relación de confianza, amistad y amor.

Dado esto y la confianza que muchas personas ejercen en su mascota, es que su pérdida duele más que la de un conocido o amigo, pues se estima que se crea un vínculo familiar y de complicidad, además de que también resultan ser irremplazables.