Por: David Ferrer • Colombia.com

Argentina elige: Puntos clave de los comicios

Javier Milei es quien lidera las encuestas, pero la izquierda sigue fuerte en el país y Sergio Massa figura como la segunda opción. Patricia Bullrich representa la derecha tradicional.

Foto: EFE
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Javier Milei es quien lidera las encuestas, pero la izquierda sigue fuerte en el país y Sergio Massa figura como la segunda opción. Patricia Bullrich representa la derecha tradicional.

En el marco de un país dividido políticamente y que carga en sus hombros una de las inflaciones más altas del hemisferio sur del continente americano, Argentina celebra este domingo la primera vuelta de sus elecciones presidenciales con una reñida carrera para llegar la Casa Rosada y reemplazar al actual presidente Alberto Fernández, quien, es una decisión sin precedentes, renunció a ser reelegido.

Según la Cámara Nacional Electoral de Argentina, alrededor de 35,4 millones de argentinos están registrados para ejercer su derecho al voto, que es obligatorio para los ciudadanos entre 18 y 70 años y opcional para los de 16 y 17 años y los mayores de 70 años.

Para ganar directamente esta primera vuelta, que transcurre este domingo 22 de octubre, uno de los candidatos debe obtener el 45% de los votos o más del 40% con una ventaja de más de 10 puntos sobre el candidato en segundo lugar. De no ser el caso, se llevará a cabo una segundo ronda de votación.

No se trata de una elección exclusivamente presidencial, los ciudadanos argentinos elegirán a 130 representantes de la Cámara Baja de las 23 provincias y una ciudad autónoma, así como a 24 senadores que representan a ocho provincias, de allí radica la importancia de estos comicios, pues el país puede tomar un rumbo totalmente distinto al que venía recorriendo.

Los 3 con más opciones de ganar

Javier Milei

Javier Milei, el libertario que admira al expresidente estadounidense Donald Trump, provocó conmoción en todo el país después de recibir la mayor cantidad de votos en las primarias de agosto. El economista ha dicho que recortará el gasto público, reducirá a la mitad el número de ministerios gubernamentales, eliminará el banco central y reemplazará la moneda local por el dólar estadounidense.

Primero se hizo un nombre con fuertes palabras atacando a lo que él llama la “casta política” en la televisión, y se ha ganado el apoyo de los argentinos que “luchan por llegar a fin de mes” en medio de una inflación anual del 140% y una moneda que se deprecia rápidamente. Su plataforma también pide remodelar la cultura argentina y se presenta como un cruzado contra las fuerzas siniestras del socialismo en el país y en el extranjero.

Su cierre de campaña multitudinario fue digno de un espectáculo de rock; sus seguidores enloquecidos, el recinto a su máxima ocupación y un show de música y luces que dejaron imágenes que han viajado rápidamente por todo el mundo.

Sergio Massa

El segundo en las encuestas es Sergio Massa, representante del peronismo gobernante y ministro de Economía desde hace 14 meses. El abogado, de 51 años, ha basado su campaña en una promesa de unidad, en contraste con la disrupción que representa Milei. 

Su repunte en las encuestas suponen la división política que hay en el país, pues Massa representa el continuismo de la izquierda en el poder, un sector político que no ha dejado buenas sensaciones entre los argentinos y a causa de ello, según expertos, Javier Milei ha tomado fuerza.

Patricia Bullrich

Patricia Bullrich es una de las políticas con más carrera en argentina, su labor pública data de hace 50 años y, desde los últimos 20, es una protagonista de la primera línea de la política nacional. Su recorrido es variado, a juzgar por la diversidad ideológica de las agrupaciones en las que militó o a las cuales representó, y esta es la primera vez que se presenta como candidata a presidenta. Su aspiración esta vez cuenta con el apoyo del sector privado y de expresidentes de derecha como Mauricio Macri. 

La carta que representa Bullrich parece ser la última apuesta del partido Juntos por el Cambio, y en caso de no ganar, las diferencias y disputas que se llevan internamente podrían ponerle fin a este sector político que alguna vez fue el oficialista.