Más de 1 millón de dólares al mes costaba seguridad de "Jojoy"

Más de un millón de dólares mensuales podía costar el sostenimiento de los guerrilleros responsables de custodiar al "Mono Jojoy", jefe militar de las FARC muerto hace dos semanas en un bombardeo militar, según declaraciones de un desertor divulgadas este viernes por la edición electrónica del diario El Tiempo.

El desertor dijo al sitio web del que él, como integrante del primer anillo de seguridad del "Mono Jojoy", era el responsable de manejar el dinero para cuidar al líder rebelde.

En las épocas de tranquilidad en las FARC, el coste de este esquema de custodia era de "hasta 1.000 millones de pesos (unos 559.847 dólares) quincenales", sostuvo "Ricardo", alias de Juan Arturo Wilches, como la fuente identifica al desmovilizado.

La versión indica que Wilches desertó de las FARC en Uribe (sur) tras ocho años de trayectoria insurgente, pero no precisa la fecha de la fuga.

"La plata (el dinero) llegaba por bultos en camiones o por el río", afirmó el desertor, y apuntó que "de ese dinero se sacaba para mantener el frente, se mandaba la cuota del Secretariado y el resto se entregaba a testaferros del 'Mono'".

Una parte del dinero se enterraba "por temporadas", dijo, y afirmó que esta tarea estaba en manos de "Chepe", hijo del insurgente desaparecido, así como de "Julián" y "Arturo", sus sobrinos.

Hasta hace cinco años, cuando se podía desplazar con "tranquilidad por el país", el jefe rebelde estaba acompañado por 36 hombres que cargaban, cada uno, dos morrales con dinero, entre pesos y dólares.

El "Mono Jojoy" o "Jorge Suárez Briceño", alias de Víctor Julio Suárez Rojas, "le tenía la medida a las maletas, de tal manera que cada uno cargaba la misma cantidad de plata", aseguró el desertor, y apuntó: "el 'Mono' nos decía que cuando no tenía 20.000 millones de pesos estaba pelado (sin dinero)".

Wilches indicó que entre las partidas de gastos estaban la compra de frutas y verduras para el jefe guerrillero, que sufría de diabetes, así como una semestral para adquirir uniformes de fatiga, botas y armas.

Según el desertor, "él mismo decía que era una ironía que odiara a los americanos (estadounidenses) y tuviera que reconocer la calidad de sus armas y elementos de guerra".