Caleña es reconocida por la Asociación Internacional del Dolor

Es la primera latinoamericana en recibir el premio John Loeser Award que otorga la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP por sus siglas en inglés).

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Es la primera latinoamericana en recibir el premio John Loeser Award que otorga la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP por sus siglas en inglés).

Ante cinco mil participantes del XV Congreso Mundial del Dolor, celebrado hace unos días en Buenos Aires, la psicóloga caleña Liliana De Lima, residenciada en Houston, EE.UU., fue honrada por su dedicación, desde hace décadas, a la promoción y avance de la educación e investigación sobre el dolor.

Esta licenciada en sicología con maestría en Psicología Clínica y Gestión Sanitaria y estudios de doctorado en Políticas y Gestión Sanitaria, “fue seleccionada por sus importantes contribuciones en mejorar el tratamiento del dolor y la calidad de vida en las personas con enfermedades terminales al avanzar en programas de cuidado paliativo, educación e investigación alrededor del mundo. Sus iniciativas, liderazgo y la forma como ha logrado establecer relaciones con otras organizaciones regionales y nacionales para administrar recursos y conseguir avanzar la misión de IAHPC, la organización internacional de cuidados paliativos que ella dirige, son impresionantes”, reza el argumento de premiación.

El premio también resaltó el trabajo de De Lima en la importancia que han tomado los cuidados paliativos este año en Colombia, especialmente por dos eventos: una resolución de Cuidados Paliativos que fue adoptada por la Asamblea General de Salud -el órgano de Gobierno de la Organización Mundial de la Salud- y de la cual Colombia fue uno de los países promotores y la Ley Consuelo Devis Saavedra que fue sancionada por el ministro de Salud Alejandro Gaviria. 

En entrevista:

¿Qué son los cuidados paliativos?

Son todos aquellos focalizados en mejorar la calidad de vida del paciente y de su familia, aunque esa persona no sea curable. Te pongo un ejemplo, muchas personas hemos escuchado que tal familiar o amigo llegó a un hospital, lo abrieron y estaba invadido del cáncer y lo mandaron a la casa porque no había nada qué hacer. Eso de no hay nada qué hacer es falso, es mucho lo que se puede hacer, aunque la persona no sea curable. Desafortunadamente no se le hace nada porque en las carreras de Medicina, Enfermería, de Salud en general, no se les enseña sobre cuidados paliativos a los profesionales sanitarios y no saben qué hacer.

¿Qué se puede hacer?

Controlar todos los síntomas, o sea, es evitar que una persona sufra dolor, si tiene náuseas controlárselas, el vómito o cualquier otro problema que afecte su calidad de vida. Que a pesar de su condición pueda disfrutar esos meses, semanas o días que le quedan de vida alrededor de la gente que la quiere y no estar terminando esos últimos momentos en una Unidad de Cuidados Intensivos, sedado o conectado a un respirador y en una calidad de vida que no es la ideal. Además, eso le cuesta muchísimo al sistema sociosanitario porque los pacientes terminan utilizando a veces servicios médicos y de salud que no le ofrecen ningún beneficio.

Para eso se tiene que trabajar con un equipo interdisciplinario que aborda la parte física, sicológica, emocional, espiritual y social (con su familia).

¿Qué medicamentos son los esenciales para los cuidados paliativos?

Todos los que se necesitan para manejar los síntomas más comunes que sienten los pacientes con enfermedades avanzadas: dolor, náuseas, vómito, diarrea, insomnio, ansiedad, depresión, disnea (dificultad para respirar), secreciones. Tenemos dificultades de acceso, particularmente, con los que se usan para manejo de dolor porque muchos de estos son controlados por el Estado: requieren una prescripción especial porque tienen un riesgo de abuso. Son los llamados opioides, analgésicos muy potentes como la morfina, la hidromorfona, la metadona, el fentanilo y la oxicodona. El problema que hay en Colombia es que en muy pocos establecimientos se venden y los pacientes tienen que deambular por muchas farmacias para conseguirlo.

En las Secretarías de Salud de cada departamento tienen la obligación de hacer una previsión de los medicamentos controlados al Fondo Nacional de Estupefacientes y designar un presupuesto para pagar esas medicinas, algunas de las cuales son monopolio del Estado, y a veces no asignan el presupuesto, el pedido no se hace y el medicamento no llega al departamento. Imagínese un paciente que viva en zona rural y viaje hasta Cali para que le digan que no hay esa droga. Es un dolor terrible.

Eso debe ser un suplicio para el paciente y sus familiares...

Hace seis años, a una joven que se estaba muriendo con un cáncer cervicouterino le habían prescrito una morfina para el dolor, su mamá no la consiguió en toda la ciudad. ¿Sabe qué hizo? Pagó un clasificado en EL PAÍS donde decía: ‘señor Secretario de Salud no nos haga sufrir más. Estamos sufriendo por el dolor y no conseguimos sulfato de morfina, por favor ayude’. Eso le dio la vuelta al mundo porque nosotros tomamos una foto de ese clasificado y lo mandamos a las Naciones Unidas y eso terminó en la portada de un informe de Human Rights Watch.

¿Qué les correspondería a las IPS en el campo de los cuidados paliativos?

Tener disponibilidad de los medicamentos y de ofrecer los servicios de cuidado paliativo. Que haya personas que tengan las competencias para manejar pacientes con necesidades paliativas.

La atención en cuidados paliativos también es para las familias. ¿Cómo es ese apoyo?

Apoyo en la parte emocional, ayudarlas para que ese duelo sea lo menos doloroso posible, preparar a la familia en ese proceso de adaptación de esa pérdida, durante y después del fallecimiento.

Información del Diario El país de Cali.