Manizales

Por: Redacción Turismo • Colombia.com

Monumento a los colonizadores

Está ubicado en el barrio Chipre, uno de los más populares de la ciudad. Es uno de los sitios más turísticos por su espectacular vista.

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Representación de una raza que con sacrificio divisa desde lo alto la inmensidad de su espíritu
. Foto: Pixabay
Representación de una raza que con sacrificio divisa desde lo alto la inmensidad de su espíritu . Foto: Pixabay

Está ubicado en el barrio Chipre, uno de los más populares de la ciudad. Es uno de los sitios más turísticos por su espectacular vista.

50 toneladas de bronce representan la historia de una raza que a lomo de mula y con machete en mano se encargó de abrirle paso a un espíritu único e indomable, desde tierras de la señorial Antioquia llegaron familias de aventureros que jamás temieron ante lo que pudiesen encontrar al sur de sus tierras, hombres, mujeres y niños que, inspirados por las montañas, fundaron más que poblaciones, crearon un perpetuo escenario de tenacidad.

El monumento a los colonizadores es un homenaje a la raza paisa, una región de orgullosos montañeros, que, con las manos seguras en la rienda y la rula, pero también en la camándula, se internaron en lo más profundo del monte para descubrir la verdadera cara de Dios en ríos de aguas cristalinas, nieves que cubrían las alturas y animales increíbles con los que compartieron los días y las noches.

El monumento a los colonizadores se creó como debía ser, en grupo y con la suma de esfuerzos, tal como llegaron las primeras familias a suelo de Caldas, cuando se hablaba de una patria que nadie conocía completa porque parecía un mar de gentes escondidas y que, según las historias de aventureros, hablaban diferente y no tenían las mismas costumbres de los parroquianos.

Entre 1997 y 2002 se recogieron las cantidades necesarias de bronce entre la población manizalita y en uno de sus lugares emblemáticos, erigió el símbolo de su impetuoso vibrar, el lugar escogido fue el barrio de Chipre y su autor fue el maestro Luis Guillermo Vallejo Vargas, oriundo de la capital caldense.

La gran obra se divide en dos partes:

La Agonía

Representa el duro viaje que realizaron los colonos a través de las escarpadas montañas de la cordillera central de los Andes, la expresión de personas y animales representados deja ver la dureza de un recorrido que significó mucho sacrificio.

El Éxtasis

Significa el triunfo de haber logrado llegar a un lugar apacible para el cual valió la pena tanto sacrificio y en donde una mujer eleva a su pequeño hijo como muestra de agradecimiento al altísimo por haber culminado un viaje difícil y penoso, pero fructífero.

Esta colosal obra hace homenaje a Don Fermín López y a Don José Joaquín Arango Restrepo, quien subido en una copa de un árbol divisó la magnífica planicie en donde la ciudad de Manizales sería el nuevo hogar de los sueños de unos colonos, que, con el paso de los años, dieron origen a una casta que supo doblegar las adversidades y que miran hacia el futuro con el optimismo propio de las montañas de esta tierra de faldas y vegetación.

La entrada es libre y está abierto de 10:00 a.m. a 6:30 p.m.