Conoce diez tips básicos para la felación

La felación en mayor o menor medida, es ya un paso obligado (en el mejor sentido de la palabra) durante el acto sexual, antes durante o después.

Colombia.com - Vida y Estilo
Colombia.com - Vida y Estilo

La felación en mayor o menor medida, es ya un paso obligado (en el mejor sentido de la palabra) durante el acto sexual, antes durante o después.

Hacer una felación es hoy casi indispensable en cualquier relación sexual. En mayor o menor medida, pero la felación, que viene del latín fellare, chupar, es ya un paso obligado (en el mejor sentido de la palabra) durante el acto sexual, antes durante o después.

La felación consiste en chupar el miembro masculino hasta conseguir un orgasmo, para producir una erección, para proporcionar placer, lubricar o lograr todos estos objetivos al mismo tiempo.

En el Kamasutra, su autor Vatsiaiana, habla de que la felación es una práctica realizada por "mujeres no castas" y asegura que cualquier hombre sabio no debería caer en esa forma de cópula. Sin embargo, esta práctica es bien vista por culturas como la que se desarrolló en Papúa Nueva, donde existe la creencia de que para que un joven adolescente alcance su maduración sexual debe ingerir el esperma de sus mayores. Así les realizan felaciones y beben su semen.

Hoy, aunque no se encuentre en ningún texto hindú ni forme parte de una cultura antigua, lo cierto es que la felación es bien practicada en todo el mundo. Y si es tan común, ¿entonces por qué nos preocupamos aún por hacerla bien?

En la felación sucede como en el sexo: nadie nos enseñó, todo se aprendió en la práctica. Además influye que muchos hombres no dicen a sus mujeres qué o cómo les gusta. Como quiera que sea, ésta siempre será una práctica placentera para ellos y quizá es que por esto mismo es que el género masculino prefiere no "adoctrinar" y mejor "dejar hacer".

Y como nunca está de más aprender algo nuevo, aquí 10 consideraciones:

1. Hay que saber que la felación no consiste en sólo introducir el pene en la boca
. Como todo, este arte también tiene su estilo. Primero habrá que empezar por el preámbulo de caricias. Pero antes que nada, la seguridad. Usa preservativo si no es una pareja segura, sana o estable. Esta acción no tiene por qué romper con la lujuria o el momento erótico: puedes colocar el condón con los labios y ayudarte con las manos si lo necesitas. Hay también muchos preservativos de sabores y aromas para que el sabor del látex no te quite la inspiración.

2. Baja hacia el miembro masculino y comenzar lenta y suavemente. Él lo disfrutará mucho y además no hay prisa. Toma en cuenta que las zonas más sensibles son la corona del glande y el frenillo. Así que visítalas de vez en cuando y sin hacer demasiada presión para no lastimar. Puedes ayudarte con otros aditamentos como cubos de hielo o un té caliente. Toma en tu boca uno a la vez y luego ve hacia el pene de tu pareja. Las dos sensaciones alternadas en diferentes momentos de la felación le encantarán.

3. Toma con firmeza el tronco o base del pene siempre.  Da pequeños besos o lame despacio, lento y de abajo hacia arriba sin dejar demasiada abierta la boca como para que salga saliva y aquello sea un espectáculo más grotesco que erótico. Para eso es muy importante hacer presión con los labios sobre el pene erecto en un punto medio: que no lastime pero que tampoco no ejerza presión alguna como para que tu pareja no se dé cuenta de que alguien está por ahí.

4. Siempre juega con el misterio. No introduzcas a la primera, y en un vaivén sin ton ni son, el pene de tu pareja a la boca. Por el contrario, que se quede con ganas de más, toca suave con tus labios (¡nunca con tus dientes!) la base y el glande. Cuando crea que estás a punto de hacerlo, baja, juega con la lengua, aprieta con la mano.

5. No dejes a las manos sin hacer nada. Puedes tener una mano en la base y otra en el cuerpo del pene para ayudarte a subir y bajar. También puedes acariciar alguna otra parte del cuerpo (que te quede al alcance) o buscar el perineo de tu pareja con alguno de tus dedos.

6 Ten mucho cuidado con tus dientes. Evita que estos rocen el pene de tu pareja o que peor aún lo muerdan. Para evitar esto puedes "envolver" los dientes con tus labios. Así, te servirán para ejercer presión pero sin lastimar. Otro truco para ello es colocar la forma de tus labios como una gran "O" así abrirás más tu mandíbula hacia abajo y el movimiento será más natural.

7 Sus testículos son también parte importante. Cuando el esté en su punto más álgido de excitación, acaricia y pasa suavemente la lengua por sus testículos. Te darás cuenta que está súper excitado a y a punto de la eyaculación cuando estos se encuentren más contraídos y tensos. Por eso, acarícialos, no los olvides.

8 El ritmo es imprescindible. Que el movimiento tenga sincronía. Ni demasiado rápido en un minuto y al siguiente la calma total. Ni le rompas tampoco la concentración bajando el nivel (si es que tú te has cansado por ejemplo) porque así interrumpirás también su orgasmo. Para dar una mayor sensación

9 Cuando se encuentre más excitado, introduce todo el cuerpo del pene en tu boca. Pero ten cuidado de que la punta no roce la campanilla de tu paladar si no te provocará náuseas o sensación de vómito. Para experimentar con esto, puedes practicar con un plátano. Cuando llegue la hora de la eyaculación será tu decisión tragar o no el semen, acabar fuera, en tu rostro, en tu pecho o en el cuerpo de él.

10 Un consejo adicional y de seguridad es: no laves tus dientes antes ni inmediatamente después de una felación. Esto puede ocasionar pequeñas heridas que en contacto con el semen o secreción de tu pareja puede provocar una enfermedad de transmisión sexual. Siempre usa preservativo o una barrera de látex. Si quieres visitar su perineo mientras realizas la felación entonces usa un dedal o un guante de látex con lubricante. Al final, quita el preservativo delicadamente. Limpia tu boca o labios con un papel, de una forma todavía sensual y coqueta, y no grotesca que parece que te limpias luego de un buffet de carne o como si te hubieras llenado de cátsup tras una mordida a la hamburguesa. Siempre y hasta el final, coqueta y sensual.