Perimenopausia: te contamos qué es y cuándo ocurre esta condición en las mujeres

La menopausia es aquel proceso biológico por el que atraviesan todas las mujeres de forma natural, en el cual se deja de tener menstruaciones, pues se detiene la producción de estrógeno y progesterona en los ovarios; en cada persona puede llegar en un momento distinto, aunque suele ocurrir después de los 45 años.

De hecho, es un proceso que no pasa desapercibido para muchas, pues los molestos síntomas y transformaciones en el cuerpo hacen que se convierta en algo molesto. No obstante, lo que pocas saben es que también existe un periodo denominado perimenopausia, que es, en pocas palabras, la transición menopáusica.

Puede comenzar a notarse con frecuencia a partir de los 40, sin embargo, algunas han llegado a percibirla incluso a mediados de sus 30. Y es que, antes de llegar oficialmente a lo que conocemos como menopausia, el cuerpo femenino comienza a cambiar lentamente, y es la variación en los niveles de estrógeno (pues suben y bajan) la que hace que se comience a manifestar sintomatología. Pero, ¿qué se siente exactamente? ‘Mayo Clinic’ da a conocer algunas de las señales:

• Periodos irregulares: la menstruación puede tornarse impredecible, demorándose o adelantándose, siendo más abundante en unas ocasiones y escasa en otras, durando muchos más días un mes y muy pocos en otro, entre muchos otros cambios. La perimenopausia temprana se identifica si tienes un cambio en la duración de siete o más días, y la tardía cuando hay más de 60 días entre periodos.
• Sofocos y problemas con el sueño: el calor corporal aumenta, y así mismo la sudoración, especialmente durante las noches; los problemas para dormir, por lo general, son producto de los mismos sofocos.

• Cambios en el ánimo: cambiarás rápidamente de estado de ánimo, sin explicación alguna, estarás más irritable y tendrás más riesgo de padecer depresión.
• Problemas vaginales y en la vejiga: se pierde lubricación y elasticidad, las relaciones son más dolorosas y se puede sufrir más de infecciones urinarias, todo por la pérdida de estrógenos. Además, la libido también cambia, por ende, puede haber menos acción.
• Disminuye la fertilidad: por la ovulación irregular, también disminuyen las posibilidades de concebir; sin embargo, ten en cuenta que ´puede ser menos probable, pero no imposible, por lo que debes seguir cuidándote.
• Pérdida de densidad ósea: se pierde masa ósea, por lo que incrementa el riesgo de padecer osteoporosis.
• Cambios en el nivel de colesterol: puede haber un aumento del colesterol malo y una disminución del colesterol bueno, lo que aumenta las posibilidades de padecer una enfermedad cardíaca.

Vale la pena mencionar que se trata de una etapa natural en el cuerpo femenino, no de un diagnóstico extraño que requiera una “cura”; no obstante, en algunas ocasiones los profesionales recomiendan tratamientos que permiten tratar los síntomas, cuando estos últimos son excesivos y de difícil manejo.