Prevenir el alzheimer desde la juventud y algunas claves para mantener la mente ágil desde una corta edad

Muchas personas le temen a la muerte y hay quienes prefieren vivir muchos años, pero lo cierto es que una buena salud permite un mejor vivir, porque no solamente es poder vivir muchos años, sino vivir bien.

Actualmente, la mayoría de problemas graves de salud se han trasladado hacia lo que se denomina “cuarta edad”, que estaría confirmada por los años que vienes tras cumplir los 80 años. Sin embargo, enfermedades como el Alzheimer están siempre presentes y es importante tener cuidado para prevenirlas.

A pesar de que muchas personas creen que el principal factor de riesgo para desarrollar Alzheimer es la edad, lo cierto es que desde que las personas son jóvenes pueden aplicar ciertos cuidados para prevenir estas enfermedades más adelante, pues esta enfermedad no es una consecuencia inevitable de envejecer.

La enfermedad de Alzheimer suele diagnosticarse a partir de los 65 años. La edad, por tanto, y ciertos aspectos genéticos, influyentes, pero no determinantes, se encuentran entre los factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad.

Es por eso que, según el portal de la Fundación Pasqual Maragall, las personas jóvenes pueden aplicar los siguientes tips para reducir el riesgo de tener en la vejez esta enfermedad:

1. Es fundamental mantener bajo control la hipertensión, el colesterol, la obesidad y la diabetes. Es crucial supervisar estos factores de riesgo vascular regularmente con la ayuda de nuestro médico de atención primaria.

2. Adoptar una alimentación basada en la dieta mediterránea es esencial. Esta dieta forma parte de nuestra rica cultura gastronómica e incluye alimentos que son muy beneficiosos para nuestra salud, como el aceite de oliva virgen extra, frutos secos, legumbres, verduras, frutas y pescado. Es importante evitar los alimentos procesados, las grasas saturadas y el exceso de carnes rojas y embutidos.

3. Mantener una actividad física moderada. No hace falta realizar actividades extenuantes, pero es importante salir a caminar y moverse todos los días. Cualquier ejercicio adaptado a las capacidades individuales puede ser muy beneficioso para la salud.

4. Desafiar nuestra mente con pequeños objetivos. Participar en talleres, cursos, lecturas o simplemente resolver crucigramas son algunas actividades que podemos incorporar a nuestra rutina diaria para mantener nuestro cerebro activo.

5. Cultivar una vida social dinámica. Las relaciones sociales son fundamentales para mantener activas las conexiones neuronales. Interactuar y mantener contacto con la familia, amigos y conocer nuevas personas contribuye positivamente al bienestar de nuestro cerebro.