Semana Santa: ¿Qué no hacer durante la Cuaresma?

La celebración de la Semana Santa representa uno de los momentos más significativos para la comunidad cristiana, especialmente para los fieles católicos, ya que conmemora los últimos días de Jesús en la Tierra, incluyendo su pasión, crucifixión y resurrección, que transcurren desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Pascua.

Durante este período, los creyentes acuden a las iglesias para rendir culto al hijo de Dios y participar en las actividades litúrgicas. Sin embargo, junto con las diversas tradiciones y celebraciones que caracterizan a la "Semana Mayor", existen ciertas prohibiciones que los devotos deben respetar como parte de su compromiso religioso.

Por ejemplo, el Viernes Santo, considerado uno de los días más relevantes de la Semana Santa por conmemorar la crucifixión de Jesús, implica la práctica del ayuno, donde se permite a las personas consumir una sola comida completa durante el día, evitando el desayuno y la cena. Además, se prohíbe el consumo de carne roja, que simboliza el cuerpo y la sangre de Cristo, así como el sacrificio realizado por él durante su tiempo en el desierto.

Otras restricciones incluyen evitar la música a alto volumen y abstenerse de asistir a fiestas donde se consuman alcohol u otras sustancias psicoactivas, ya que la Semana Santa se considera un período de reflexión y recogimiento en memoria del sufrimiento de Cristo.

Algunas comunidades más ortodoxas también sugieren evitar vestir de rojo, celebrar bodas, barrer la casa, mantener relaciones sexuales y no salir después de las 3 de la tarde el Viernes Santo, en honor al momento en que Jesús falleció.

Por otro lado, durante la Semana Santa, los fieles tienen la oportunidad de asistir a misa y participar en las celebraciones ofrecidas por sus parroquias, como el rezo del Vía Crucis. Fuera del recinto sagrado, pueden conmemorar la "Semana Mayor" en sus hogares, reuniéndose en familia para leer las Sagradas Escrituras y reflexionar sobre los eventos de cada día.

También es un momento propicio para realizar diferentes oraciones, como la del Domingo de Ramos, la Coronilla de la Divina Misericordia y la Novena de la Divina Misericordia, así como rezar los Misterios dolorosos del Rosario.