Por: Alexandra Méndez • Colombia.com

Comer mucho y no engordar: la razón científica detrás de este ideal

La edad sería un factor determinante para aquellos que comen mucho y no engordan.

Si comes mucho y no engordas, esta podría ser la razón. Foto: Shutterstock
Si comes mucho y no engordas, esta podría ser la razón. Foto: Shutterstock

La edad sería un factor determinante para aquellos que comen mucho y no engordan.

Comer es uno de los mayores placeres de la vida. Por desgracia, para muchos, los alimentos más deliciosos son aquellos ricos en grasas saturadas y azúcares, sustancias que promueven el desarrollo de condiciones como el sobrepeso y la obesidad, que pueden ser desencadenantes de enfermedades cardiovasculares, diabetes e hipertensión. 

El anhelo de poder disfrutar de abundantes comidas sin temor al aumento de peso ha sido durante mucho tiempo un deseo común en la sociedad obsesionada por la figura. Sin embargo, la paradoja de "comer mucho y no engordar" ha suscitado interrogantes científicas que exploran las complejidades del metabolismo y la genética. 

En un esfuerzo por desentrañar este misterio, los científicos han dirigido sus estudios hacia las diferencias individuales en el gasto energético, la respuesta hormonal y la composición genética que pueden influir en la capacidad de una persona para mantenerse delgada a pesar de un consumo calórico elevado. 

Lo anterior, debido a que según los especialistas estos puntos son clave para determinar si una persona es propensa a sufrir aumentos de peso extremos. 

En fechas recientes, la revista Obesity publicó un artículo en el que se mostraron los resultados de un estudio llevado a cabo a unos pares de gemelos, quienes por naturaleza poseen el mismo código genético, pero que físicamente tenían diferencias en el índice de masa corporal -IMC-.

La investigación dirigida por Bram J. Berntzen, del Instituto de Medicina Molecular de la Universidad de Helsinki -Finlandia-, analizó el IMC de estos gemelos durante 36 años, tomando como referencia su información genética.

Los objetos de estudio fueron gemelos finlandeses de edades entre 65 a 49 años, a quienes por medio de encuestas y la medición del IMC, determinaron medidas de bajo peso (IMC por menores de 18.5), peso normal (de 19.5-24.9), sobrepeso (de 25-29.9) y obesidad (valores desde 30 o superior).

En los resultados de los análisis se evidenció que dos terceras partes de los gemelos analizados tuvieron un alza en el IMC en 1975. Por otro lado, solo un tercio de los gemelos con un IMC más bajo tuvieron una variación en la predicción y cada uno de ellos tuvo un hermano gemelo que tenía predisposición a la obesidad.

Según los expertos, con el paso de los años el peso iba aumentando, por lo que ahora las nuevas investigaciones deben centrarse en la razón de este hecho, ya que incluso se da en personas que en su juventud podían comer sin engordar.