Por: Redacción Actualidad • Colombia.com

Joe Biden aumenta los factores de riesgos económicos al no importar gas y petróleo de Rusia

Estados Unidos tiene la capacidad de producir más petróleo y gas de lo que necesita y es una potencia en la creación de energía a base de combustibles fósiles.

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La prohibición encarecerá el crudo, sobre todo si los países de la Unión Europea toman el mismo camino. Foto: Shutterstock
La prohibición encarecerá el crudo, sobre todo si los países de la Unión Europea toman el mismo camino. Foto: Shutterstock

Estados Unidos tiene la capacidad de producir más petróleo y gas de lo que necesita y es una potencia en la creación de energía a base de combustibles fósiles.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este martes una prohibición total e inmediata de las importaciones de petróleo, gas natural y carbón de Rusia como sanción por la invasión de Putin a Ucrania.

En una transmisión televisiva, Biden informó que toma la medida para causar mayor "dolor a la maquinaria de guerra" de Rusia.

"Eso significa que el petróleo ruso ya no será aceptado en los puertos estadounidenses y el pueblo estadounidense asestará otro poderoso golpe a Putin", dijo.

Estados Unidos es un exportador neto de energía, es decir que produce más petróleo y gas del que consume, recordó Joe Biden.

La medida tiene un componente altamente simbólico. Estados Unidos solo obtiene de Rusia el 1% de su consumo y el 3% de sus importaciones de petróleo crudo. Cuando se suman también los derivados del petróleo, la cifra llega al 8% del consumo. Los datos preliminares del departamento de energía de EEUU revelan que, en la última semana del mes de febrero, ese país no compró petróleo ruso.

Sin embargo, la decisión de suspender las compras suponer un nuevo golpe a las exportaciones de petróleo de Rusia. La semana pasada el volumen de contratos de crudo cayó un 70% debido a las sanciones financieras impuestas a Rusia. La cancelación de compras por parte de Estados Unidos implica, así pues, que las presiones sobre Moscú van a continuar.

Hay, sin embargo, varios factores que aliviarán la situación. El primero y más importante, la potencia de bombeo de la poderosa industria fracking estadounidense, que le ha aupado a la cima petrolera mundial y que el año que viene disparará su producción hasta un nuevo máximo histórico de 13 millones de barriles diarios, según la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA). 

El segundo es el regreso de Irán al mercado, que culminará cuando selle su nuevo acuerdo nuclear y que ayudará a paliar las consecuencias con una inyección de un millón de barriles diarios. Es casi la séptima parte de lo que produce Rusia.

Las consecuencias van a ser muy negativas en el terreno de la lucha contra la inflación. La mayor parte de los expertos creen que el crecimiento económico estadounidense se ralentizará en 2022. Peor le puede ir a la Unión Europea, que podría fácilmente entrar en una recesión.