Por: Redacción Actualidad • Colombia.com

Un buzo casi es tragado por una ballena y logró sobrevivir para contarlo

En Massachusetts, Estados Unidos, un buzo que recolectaba langostas en el fondo del océano fue tragado por una ballena jorobada, y aunque no estuvo tres días y tres noches en su interior como Jonás, puede afirmar que al igual que el profeta bíblico, fue protagonista de un milagro.

Una historia como para no creer, un buzo pescador fue tragado por una ballena y luego esta lo devolvió al agua sin sufrir mayores daños. Foto: Twitter @torreon
Una historia como para no creer, un buzo pescador fue tragado por una ballena y luego esta lo devolvió al agua sin sufrir mayores daños. Foto: Twitter @torreon

En Massachusetts, Estados Unidos, un buzo que recolectaba langostas en el fondo del océano fue tragado por una ballena jorobada, y aunque no estuvo tres días y tres noches en su interior como Jonás, puede afirmar que al igual que el profeta bíblico, fue protagonista de un milagro.

Dice la historia bíblica que un profeta llamado Jonás fue tragado por una ballena y permaneció en su interior por tres días y tres noches, después de un tiempo el animal lo escupió sin sufrir daño alguno, pues bien, una historia con un Jonás del siglo XXI se presentó en los Estados Unidos, con la diferencia de que el protagonista de la historia moderna no es un profeta sino un buzo.

Michael Packard, un buzo de Massachusetts de 56 años, se encontraba pescando langostas en las costas cercanas a Provincetown en el litoral del océano Atlántico, de repente sintió un fuerte golpe y una violenta sacudida, inmediatamente pensó que había sido atrapado por un tiburón, pero no sintió sus afilados dientes y comprendió que había sido presa de una ballena.

El buzo fue encontrado en el mar por la ballena y esta creyó que el hombre podría convertirse en un suculento bocadillo, “De repente, sentí un empujón tremendo, y luego oscureció. Sentí que me estaba moviendo y la ballena me empujaba con los músculos de su boca”, comentó Packard.

Michael Packard sabía que un gran animal lo engullía, pensó en un tiburón, pero al no encontrar los dientes entendió que una gran ballena se lo estaba tragando en medio de una gran oscuridad, debido a que parte de su cuerpo estaba en el interior del cetáceo, entonces comenzó a moverse intensa y frenéticamente, la ballena se incomodó, emergió a la superficie y lo soltó.

El compañero de labores de pesca de Packard, que se encontraba a bordo de un barco, lo recogió de las aguas y lo condujo hasta la costa para ser llevado a un hospital, allí fue atendido por los médicos que constataron que el buzo, sin ser un profeta, había sido protagonista de un milagro, porque no sufrió heridas graves.

Packard sufrió algunas contusiones y heridas menores y en unas horas fue enviado a su casa a descansar junto con su familia. El buzo puede contar ahora que estuvo en el interior de una ballena y su nombre no es Jonás, sino Michael.